Ángel Alcalá venía manejando su autobús luego de celebrar la Navidad en casa de unos amigos en Tacarigua de Mamporal, en el estado Miranda, junto con su esposa y su hijo Ángel Mateo Alcalá, de 2 años de edad. Cuando iban a la altura del puente Machado, en Higuerote, Alcalá vio un punto de control; aunque no le parecieron policías, redujo la velocidad y los hombres abrieron fuego contra el vehículo. Su hijo recibió cuatro tiros en el abdomen y su esposa, tres en la pierna. Alcalá, quien resultó ileso, los llevó a la sede de bomberos de Los Prontos Socorro Higuerote y ahí les dieron los primeros auxilios. Y allí comenzó el ruleteo. El menor fue trasladado al hospital Domingo Luciani, luego al Hospital Universitario de Caracas, después al Pérez Carreño y en todos recibió la misma respuesta: “No tenemos insumos para atenderlo”. Horas después del suceso, el niño fue recibido en el Hospital Pediátrico Elías Toro, en Catia, donde lo operaron de emergencia, pero ya el niño había perdido mucha sangre.

El 28 de diciembre Ángel Mateo mostraba mejoría y pidió algo de comer e incluso empezó a moverse, pero a las pocas horas el estómago empezó a inflamarse, relató el padre en la morgue de Bello Monte donde esperaba el cadáver de su hijo. Dijo que avisó a los médicos y lo ingresaron otra vez al quirófano, pero se dieron cuenta de que había poco qué hacer: los intestinos estaban perforados y aunque le hicieron una colostomía, ya era muy tarde. El niño falleció el martes a las 7:00 pm, tres semanas después del hecho.

“Hago un llamado a los cuerpos de seguridad para que detengan a los asesinos de un niño que estaba empezando a vivir”, suplicó Ángel Alcalá, padre del pequeño, quien es chofer de la línea que opera en la zona de Barlovento.

Otros homicidios. Familiares de Jesús González esperaban también la entrega de su cadáver en la morgue. El hombre, de 29 años de edad, recibió varios impactos de bala en un asalto perpetrado el martes en la noche, en el sector Mesuca, municipio Sucre, cuando unos malenates lo abordaron para robarle una moto marca Suzuki; además le sustrajeron los zapatos, una gorra, el teléfono y los documentos. González era escolta privado y había sido funcionario de la Dirección de Contrainteligencia Militar. Dejó una hija de 6 años de edad.

El lunes, Oswel Barrios, de 28 años de edad, salió de su apartamento ubicado en el bloque 11 de Propatria, en Lomas de Urdaneta, parroquia Sucre, para visitar a una amiga en las cercanías del sector. Sus familiares desconocen qué le ocurrió, relataron en la morgue. Solo saben que lo encontraron muerto de un tiro, en una cuneta entre el bloque 10 y 11 de Lomas de Urdaneta. El cuerpo estaba junto a su moto que al momento tenía las llaves puestas. No le robaron nada. Los parientes hicieron la denuncia y, de acuerdo con las pesquisas, se presume que el móvil del crimen fue por motivos pasionales. Oswel Barrios era dueño de una bodega en el sector donde residía y además era herrero.

EL NACIONAL 

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