La primera causa de muerte, un paro cardíaco. A Maikelys Mariana Mejías López, de un año, la acostaron en su cuna luego de darle el tetero y su padrastro la encontró sin vida. Al ingresar en la morgue, su cuerpecito delató los meses de maltrato, tortura y violación. Su madre, Zaida del Carmen Mejías, y su tío político, apodado el “Way”, fueron los únicos detenidos y ayer los presentaron en tribunales.

Cecilia López, abuela paterna de la bebé, es quien más lamenta su pérdida. Se arrepiente de entregársela a su madre y no haber estado en el momento para defenderla. “La bebé vivía conmigo aquí en mi casa. Yo boté a la mamá porque es muy haragana, no hacía nada, y para mantenerla, decidí sacarla de aquí y cuidar de mi nieta”.

A la anciana se le presentó un inconveniente y tuvo que dejar a la pequeña bajo el cuidado de su madre, en el barrio Casiano Lossada. “Ella me llamó el miércoles para que la fuera a buscar, pero le dije que no podía, y no supe más nada de la bebé”. Repetía que debía sacarse la cédula de identidad y practicarse unos exámenes médicos.

“Recibí, el jueves, una llamada de un funcionario del CICPC para avisarme de lo sucedido. Me derrumbó mi vida. Pensé que era mentira, pero no, mi nieta estaba muerta”.

La abuela se marchó a la casa de sus parientes en búsqueda de respuesta. Allá le explicaron que Zaida dejó a Maikelys al cuido de su hermana Milagros, y el esposo de esta, apodado el “Way”, para salir. Dijeron que se murió luego de tomarse el tetero. La llevaron hasta el CDI de La Rinconada, pero llegó sin vida.

Los médicos de guardia no creyeron el cuento de la muerte y denunciaron a los cuerpos de seguridad. El cadáver lo trasladaron a la morgue forense y allí le diagnosticaron signos de violencia sexual, fractura craneal y hematomas en diferentes partes del cuerpo, producto de una tortura.

López declaró en la sede policial y exigió la captura de los responsables. Tras acabar con los trámites legales llevó el cuerpecito de su nieta en un ataúd blanco al frente de su casa, en el barrio La Bendición de Dios, en la parroquia San Isidro.

El féretro lo acomodaron en la enramada de la vivienda de latas. Los amigos y familiares acompañaron a la abuela. Hoy será el sepelio de la niña en el cementerio San Sebastián, mientras que su tío y su madre permanecen en los calabozos de la Policía científica sin una sentencia firme por su crimen.

A dos de los sospechosos del asesinato los presentaron ayer en la tarde en tribunales.

LA VERDAD

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