Llegó a Venezuela el 31 de diciembre de 1937, para tocar en el Roof Garden, local de baile en Caracas, y se quedó para siempre al enamorarse de sus techos rojos. Venezuela lo cobijó al punto que llegó a ser conocido como ‘El novio de Caracas’.
Luis María Frómeta y su orquesta Santo Domingo Jazz Band, fueron contratados por los empresarios hermanos Sabal, dueños del local donde tocaría ese día , y decidieron cambiar a último momento el nombre de la orquesta por el Billo´s Happy Boys sin notificar a Billo.
Al saber el representante diplomático de República Dominicana acreditado en Caracas sobre este cambio de nombre, hubo protestas en República Dominicana porque no era mencionada la capital de aquel país.
Este inconveniente, y el hecho de estar República Dominicana bajo la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo y la prórroga consecutiva del contrato, obligaron a los integrantes de la orquesta a permanecer en Caracas, con un exiguo sueldo. Sin embargo, ello motivó a la agrupación a permanecer en Venezuela, adquiriendo cada día mayor raigambre en el seno del público.
En 1939 Billo se vio afectado por el tifus de tal manera que se consideraba imposible salvarlo, por parte de sus médicos. No obstante, logró recuperarse y volvió a continuar su trabajo orquestal.
En agosto de 1940, Billo reagrupa su orquesta y le cambia el nombre a Billo’s Caracas Boys, nombre que aún mantiene y colocado en honor a la ciudad donde residiría hasta el final de sus días.
Pero luego de 1948, en la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, el músico es perseguido y debe residenciarse en Cuba donde continúa estudios de música hasta que regresa a Caracas en 1960.
Muchísimos músicos y cantantes pasaron por esta orquesta, destacando entre ellos el cubano Manolo Monterrey y los venezolanos Rafa Galindo, Miguel Briceño -cuñado de Galindo- y Víctor Pérez.
Según costumbre de la época, también acompañó a vocalistas solistas, que no formaban parte de su banda como el tenor Alfredo Sadel, el vocalista y director coral Vinicio Adames, el cantante español José María Madrid, el tenor Marco Tulio Maristany y la cantante cubana Candita Vásquez.
“Los zulianos José ‘Cheo’ García, el ‘Guarachero de América’, Felipe Pirela, el ‘Bolerista de América’ junto con Guillermo Morales, el ‘Gitano Maracucho’ también desfilaron por la banda dejando temas imborrables en la discografía venezolana”, recuerda el locutor Enio Trujillo.
“En una presentación ocurrida en 1987 en Santa Cruz de Tenerife su orquesta fue reconocida por la editora del Libro Guinness de Récords, por haber presentado el concierto más grande al aire libre que se mantiene en la actualidad, a ese mismo concierto en la Plaza de España de Santa Cruz, acudieron 250.000 personas, bailando la misma canción, junto a la cantante Celia Cruz, la cual fue su única actuación con la orquesta”, resalta el portal Wikipedia.
Todavía suenan cuantiosas canciones impuestos por el estilo único que Billo supo imprimirle a su música. Temas como Caracas, Juanita, Bonita, La Vaca Vieja, Toy Contento, la Rubia y la Trigueña y un largo etcétera hacen levantar de su silla a gran parte de los invitados en cualquier fiesta a “echar un pié”.
El 27 de abril de 1988, al finalizar un ensayo en el Teatro Teresa Carreño con el tema Un Cubano en Caracas, los músicos de la orquesta, puestos de pie, le ovacionaron largamente. Al parecer, la emoción impactó en exceso en el ánimo de Frómeta quien se desplomó al instante, probablemente víctima de una hemorragia cerebral. Entró en estado de coma y, sin recuperar la consciencia, falleció el 5 de mayo de 1988, hace hoy 28 años.
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