Decenas de empleados y docentes de los planteles de Fe y Alegría en El Valle, Antímano, La Vega, El Junquito, Catia, 23 de Enero, Palo Verde, Petare y La Pedrera se concentraron ayer en las afueras de las escuelas para hacer exigencias salariales. Afirman que un sueldo de 3.800 bolívares mensuales no les alcanza para satisfacer sus necesidades. También hubo manifestaciones en los estados Sucre, Lara, Anzoátegui y Trujillo.
“Las condiciones salariales de los docentes y empleados de las escuelas de Fe y Alegría a la larga inciden en el funcionamiento de los planteles, porque al verse afectado el maestro, que a veces no tiene ni dinero para el pasaje, se afecta también al alumno”, explicó Moelbis Aguilar, directora nacional de la organización. Llama la atención sobre el hecho de que desde la última semana de diciembre hasta esta fecha de enero se ha incrementado el porcentaje de renuncias en 15%.
Las dimisiones son cosa de cada día, explica Aguilar: “Y los que quedamos, desde directores hasta coordinadores de área, asumimos las tareas de los maestros que no ven otra alternativa que dedicarse a otras actividades. Incluso hoy, durante la protesta, no dejamos de atender a nuestros niños, porque la vocación es lo único que nos mueve”.
El ejemplo. Como directora de Fe y Alegría, Aguilar hace constantemente recorridos por los planteles que están distribuidos a escala nacional. Para llamar la atención sobre la realidad que viven los docentes, menciona el caso de zonas como el Alto Apure o Táchira.
El personal le expresa su desesperación, sobre todo porque la mayoría de las transacciones las tienen que hacer en pesos colombianos. “Los docentes me dicen: ‘Estoy regalando mi trabajo. Más gana una persona que se dedique al bachaqueo que nosotros los docentes’, y eso me parte el alma, porque sé que algunos tienen que trasladarse hasta El Nula y no tienen cómo pagar”, relata Aguilar.
Asegura que la situación que viven los docentes de la organización es la misma que enfrentan todos los maestros y profesores del magisterio. “Y por ellos también hacemos estas protestas, porque sabemos que sufren lo mismo. Aunque se supone que se firmó una contratación colectiva, muchas de las primas establecidas no se están pagando o ni siquiera se calculan como es debido, lo que resulta en un salario de cómo máximo 5.000 bolívares para un directivo”, enfatiza Aguilar.
Las amenazas
En Táchira amenazaron con que cada docente que renuncie será sustituido por un miembro de la misión Chamba Juvenil. Aguilar afirma que en algunos casos ya lo hicieron, pero que incluso la persona que ponen en el cargo también lo abandona porque las condiciones salariales son pésimas.
Sin embargo, la docente llama la atención sobre la falta de preparación de estas personas para atender a niños y mucho menos para impartir conocimiento, lo que les preocupa mucho.
El plan que tienen en Fe y Alegría es seguir con las actividades de protesta para llamar la atención de toda la comunidad educativa y la comunidad en general hasta que el Ministerio de Educación les haga caso.