La actuación desmedida que tuvo ayer la GNB contra los periodistas que cubrían la protesta de los diputados de Primero Justicia que se encadenaron en el CNE fue por decir lo menos “obsequiosa en favor del régimen”. Y muy vergonzosa para la democracia. Unas fuerzas armadas parcializadas, que irrespetan la investidura de unos representantes del pueblo, electos por voluntad popular y que además son mayoría en la Asamblea Nacional, no es menos que lamentable, funesta, indeseable y nefasta para la civilidad.

Esto fue lo que ocurrió ayer, según lo captó una de las propias agredidas, la corresponsal de CNN en Venezuela, la periodista venezolana Osmary Hernández.

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