La compañía mostró ante la prensa cuestiones técnicas de su vehículo autónomo, equipado con sensores y diversos sistemas que permiten sortear los obstáculos presentes en los trazados urbanos.

ego de liberar a su vehículo en el tránsito urbano, Google ultima los detalles de su coche capaz de deternse ante los peatones, respetar el semáforo y llegar a destino, todo sin nadie al mando del volante .

“Las computadoras tienen buenos tiempos de reacción. No se distraen, ni tienen somnolencia, ni se duermen, y no conducen ebrias”, afirmó Dmitri Dolgov, uno de los responsables del proyecto, durante una presentación de prototipos para la prensa en el Museo de la Historia de la Computación (Computer History Museum) de Mountain View, California.

El Lexus blanco que se conduce solo realizó todas estas peripecias luego que la empresa le “enseñara” como conducen las personas, en un proyecto que comenzó hace cinco años.

Así, gracias a un dispositivo colocado en el techo que utiliza tecnologías de radar y láser, el coche registra todo a su alrededor. Mientras que una cámara al frente del vehículo observa todo lo que está adelante

Toda la información recabada es procesada por computadoras a bordo del auto que están programados para simular lo que un conductor responsable haría, pero con tiempos de respuesta propios de una máquina. No obstante, uno de los técnicos se ubica en el asiento del conductor para tomar el control del volante ante cualquier situación imprevista.

Finalmente, pero no menos importante, el coche de Google estará conectado a Internet.

El vehículo autónomo de Google funciona en base a los detalles de mapas digitales junto a las diferentes variables del mundo real como el tráfico. Debido a esta modalidad, el auto no puede funcionar en lugares que no hayan sido mapeados por Google, ya que requiere de datos tales como el límite de velocidad o la ubicación de las señales de tránsito, dijo Andrew Chatham, responsable de la división de mapeos.

Los coches prototipo de Google han recorrido más de un millón de kilómetros recorridos en calles públicas, siempre con alguien listo para tomar el volante en caso de necesidad.

Hasta el momento estos autos protagonizaron sólo dos accidentes mientras se trasladaban en piloto automático. En ambas oportunidades fue por haber sido embestidos desde atrás cuando se detuvieron ante señales de tránsito, según el director del proyecto Chris Urmson.

“Estamos realmente convencidos de que lo hemos resuelto y podemos hacerlo funcionar”, dijo sobre su confianza en estos vehículos.

Urmson espera que estos coches puedan llegar al mercado para cuando cumplan la mayoría de edad. Por su parte, el cofundador de Google Sergey Brin tiene una meta más ambiciosa de poder contar con ellos en los próximos cuatro años.

LA NACIÓN

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