Nuevos rumores apuntan a que Microsoft trabaja para lanzar en la próxima primavera una nueva versión del sistema operativo que recuperaría el menú Inicio y se adaptaría a los distintos dispositivos.
Un solo botón que da acceso al menú, «Inicio», fue el detonante de un reguero de críticas ante la llegada de Windows 8, última versión del sistema operativo de Microsoft y con el que cambió radicalmente de cara. Estaba muy pensado para la nueva era de las pantallas táctiles. En cuestión de pocos meses una nueva actualización llegaba a los ordenadores que prometía un acceso más fácil a las aplicaciones.
Mientras Microsoft prepara una segunda actualización, prevista para estar operativa en los próximos meses, han surgido rumores que apuntan a que el gigante del software estaría trabajando para poner en marcha lo que ya han bautizado como Windows 9, una nueva versión que propondría la vuelta del menú Inicio predeterminado en los ordenadores tradicionales. Todo indica que abandonarán la nomenclatura 8.x, de lo que, a su vez, se deduce que el sustituto de Windows 8.1 no será una mera actualización, sino una versión que introducirá cambios importantes. El nombre en código utilizado es Threshold («umbral», en español). De esta forma, la interfaz estaría más definida y adaptada al concepto tradicional por el que la empresa ha conseguido liderar el mercado.
Según medios especializados como «The Verge» y «ZDNet», la presentación de una nueva versión estaría pensada para final de año para un posterior lanzamiento en la primavera de 2015. El objetivo es hacerlo «más aceptable» para los consumidores y ganarse así a los usuarios que aún utilizan Windows 7, que lidera el ranking de sistemas operativos con una cuota de mercado del 49.27% frente a los 6.36% y 5.88% de Windows 8 y Windows 8.1 respectivamente, según datos de la firma de análisis Netmarketshare.
De esta manera, una de las ventajas que podría ofrecer la nueva versión vendría del lado de la flexibilidad, es decir, se comportará de forma diferente en función del tipo de dispositivo. Y todo de forma automática, para evitar la intervención del usuario. La plataforma estaría pensada para unificar todos los dispositivos, tanto móviles como ordenadores tradicionales. Eliminarían fronteras y separaciones entre las máquinas y se centrarían en los servicios, uno de los mayores intereses (y preocupaciones) de la compañía de Redmond.
La empresa ya anunció durante su conferencia de desarrolladores Build, celebrada a principios de este año, que la versión final de 8.1 se venderá con una interfaz «más refinada», lo que puede dar pábulo a los rumores que apuntan a que se está trabajando con un nuevo concepto que incluiría un tamaño distinto de tiles que flotan en el menú Inicio y que darían acceso a las aplicaciones, al más puro estilo de la interfaz Metro.