En cinco años de gestión de la ministra Iris Varela en el despacho del Servicio Penitenciario han muerto 1.622 privados de libertad. Lo que indica que cada año fallecieron 324 presos. Esas cifras integran el informe elaborado por el Observatorio Venezolano de Prisiones, que dirige Humberto Prado.

Las estadísticas de esa ONG indican que antes del gobierno de Hugo Chávez la población penal era de 24.000 personas y había 120 muertes en los penales en un año, “y era un escándalo”, refirió Prado. Ahora hay 50.000 reclusos “y no pasa nada”, agregó.

El informe de 5 años de gestión de Varela revela que en ese tiempo ha habido 1.622 fallecidos en los penales, lo que sería 324 por año.

Prado destacó que antes de llegar Chávez al poder los reclusos morían por heridas con chuzos que ellos fabricaban, pero ahora las muertes ocurren por armas de fuego de cualquier calibre y granadas.

Construcciones. El OVP destaca que desde del inicio de su gestión Varela prometió que antes de 2014 construirían 24 cárceles con comodidades para procesados en Caracas, Miranda, Carabobo, Monagas, Aragua, Anzoátegui y Zulia. En ese entonces el  presidente Chávez aprobó 1.497 millones de bolívares para construir los 8 primeros centros, pero entre 2012 y 2016 han inaugurado 2 de los recintos prometidos.

El internado 26 de Julio, en Guárico, aunque está ocupado no ha sido concluido. Actualmente hay 800 presos y tiene capacidad para 1.970.

En cuanto al hacinamiento carcelario el OVP lo ubica en 210%, lo que es calificado de crítico. De acuerdo con estándares internacionales cada celda debería tener cama, lavamanos, poceta y ventanas, además de ventilación adecuada y espacios para esparcimiento deportivo.

Insalubridad. Prado informó que las enfermedades más frecuentes en las cárceles son dermatológicas, gastrointestinales y respiratorias, asociadas a las pésimas condiciones de reclusión debido al hacinamiento, falta de acceso al agua potable y medios insuficientes para el aseo personal, además de  alimentación inadecuada que no supera las 2.340 calorías diarias.

A eso agregó lo relativo a la violencia carcelaria, y Parado indicó que el cierre de cárceles no ha logrado disminuir las cifras de violencia. Dijo que entre 2011 y 2015 mataron a 1.622 reclusos y otros 2.328 fueron heridos, lo que indica que 3.950 presos fueron tocados por la violencia.

Las estadísticas del OVP señalan que desde el inicio del mandado de Chávez hasta 2015 han muerto 6.581 reclusos y otros 16.417 resultaron heridos, para un total de 22.998 afectados por la violencia.

Desde 2012 hasta febrero de 2016 han desalojados 9 penales. En ese período reinauguraron Uribana e Internado de Coro. Los demás siguen cerrados.

Par el OVP la principal causa del retardo procesal es el hacinamiento, las reformas del COPP, la falta de nuevas cárceles y el uso excesivo de la prisión como sanción casi exclusiva.

Prado manifestó que el Plan Cayapa “no ha podido resolver esta dramática situación”.

Destacó que en el informe anual del Ministerio Público la fiscal Luisa Ortega Díaz expuso que 15.643 procesos penales fueron diferidos en el Distrito Capital por responsabilidad del despacho del Servicio Penitenciario.

Durante cinco años no han podido erradicar de las cárceles el tráfico de armas y drogas. En esos recintos continúan gobernando los pranes “bajo la mirada cómplice del Estado, que ha implementado un régimen militar que atenta contra la dignidad de los reclusos”, dijo.

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EL NACIONAL

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