César Heredia llegó a Caracas desde Carabobo en una silla de ruedas. No puede caminar debido a una herida de bala que sufrió a sus 25 años de edad durante un robo. Hoy tiene 29 y vino acompañado con 55 jóvenes que caminaron más de 200 kilómetros desde Carabobo hasta la capital para asistir a la Toma de Caracas, manifestación convocada por la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para este primero de septiembre.
A las 8:00 am llegó a Parque Cristal, municipio Chacao, uno de los siete puntos de partida para la marcha establecidos por la Unidad. Relató a El Estímulo que se tardó cuatro días en llegar a Caracas. Además, tuvo que atravesar más de 50 alcabalas. Partió, junto a otros 33 jóvenes, desde el Barrio del Sur de Valencia, Parroquia Miguel Peña y en el estado Aragua se le unieron 20 más.
“Tuvimos que meternos por una trocha porque fuimos perseguidos por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). Nos pusieron más de 50 alcabalas”, expresó con una camisa de la Vinotinto.
César explicó por qué decidió participar en la protesta: “Somos chamos humildes, a quienes hoy nos afecta la delincuencia, la escasez, la falta de producción. Estamos en un país donde los jóvenes se marchan porque no tienen oportunidad. Cuando (el presidente Hugo) Chávez llegó al poder yo contaba con 12 años. A los 25, debido a un robo, sufrí una discapacidad por una herida de arma de fuego. Yo no quiero eso más para el futuro”.
A las 9:00 am se sumaban más ciudadanos para unirse a la convocatoria opositora en las afueras del centro comercial. Entre más de 2.000 personas también estaba Rosa Abilia de Evia, de 81 años. Acudió sin acompañante y aseguró no sentir temor. “El que tiene miedo, no va a la guerra”, dijo.
Vestida con un mono color rosa y una gorra de la bandera de Venezuela, justificó su presencia en el acto. Manifestó que no consigue medicinas y está cansada de “mendingar” tanto los medicamentos como la comida. “Nos sentimos desprotegidos por completo por parte del Gobierno”, sentenció.