Los cuerpos policiales buscan a Elías José Rivas, de 55 años de edad, quien, en su afán por apoderarse de los dos viviendas de la familia de su ex pareja, mantuvo como rehén a su suegra y a un cuñado en apartamentos ubicados en la Cota 905 y en Ciudad Mariches, en Petare.
Rivas tendría registros por el delito de homicidio en el estado Táchira.
El hecho comenzó una vez que murió su pareja, Marta Álvarez, de 55 años de edad, cuya salud se complicó porque sufrió zika y eso agravó el cáncer de mama que padecía. Como los dolores arreciaron llamó a su madre, Mercedes Pérez, de 86 años de edad, para que la acompañara. La anciana residía con su hijo José Gregorio Álvarez, de 47 años de edad en el edificio 21 de Julio en la Cota 905, y se trasladó a Ciudad Mariches para atender a su hija, quien le confesó que Elías José Rivas la maltrataba. La pareja estuvo separada un tiempo, pero Rivas regresó a su lado cuando se enteró de que la mujer sufría de cáncer.
Mercedes Pérez se desplaza en silla de ruedas, debido a que padece osteoporosis.
Cuando Marta Álvarez falleció Elías Rivas llevó a vivir al apartamento a sus dos hijos adolescentes que tenía con otra mujer. Al mismo tiempo trasladó al apartamento del edificio 21 de Julio de la Cota 905 a una pareja amiga que tiene un hijo de 2 años de edad. Esta pareja le hizo la vida imposible a su cuñado, José Gregorio Álvarez, al punto que le administraban medicamentos para mantenerlo dopado y no le daban comida ni le permitían salir.
Madre e hijo, cada uno en diferentes apartamentos, estaban siendo víctimas de Rivas, quien pretendía eliminarlos para quedarse con los dos inmuebles.
El yerno de Mercedes Pérez acostumbraba a llevarla a un banco a cobrar su pensión. Luego le quitaba buena parte del dinero y a ella le dejaba un pequeño monto que después le era robado por los dos adolescentes que vivían en el inmueble. Rivas amenazaba a su suegra con cortarle los brazos.
El domingo 13 en la mañana José Gregorio Álvarez se asomó al balcón del piso 6 del edificio donde residía, se resbaló y cayó a la planta baja. Mientras caía se golpeó con los tendederos de ropa de cinco pisos. En la tarde murió por múltiples fracturas en el hospital Pérez Carreño.
Antes de fallecer confesó a sus familiares que no quiso quitarse la vida, sino que quería “salir de ese infierno”. Ansiaba irse de ese apartamento porque lo mantenían sedado y no le daban comida.
Tan pronto como murió Álvarez, la pareja que vivía en ese inmueble huyó. Antes de la muerte de su hermana, el hombre estaba dedicado al cuidado de su madre.
La muerte del hijo de Mercedes Pérez permitió que el resto de la familia se enterara de lo que estaba ocurriendo y se movilizara para rescatar a la mujer. Para eso fue necesario solicitar el apoyo de la policía del municipio Sucre que acudió al apartamento de Ciudad Mariches donde encontraron a Mercedes Pérez en su silla de ruedas, además de los dos adolescentes, hijos de Rivas, quien se había ido del apartamento.
Mercedes Pérez, junto con familiares, llegó ayer a la morgue para realizar los trámites para retirar el cadáver de su hijo José Gregorio Álvarez.