A María Eugenia Castro, de 37 años de edad, la encontraron sin vida en el fondo de un barranco de una zona del sector La Colina del municipio El Hatillo. Tenía heridas de proyectil en el cuello y en el pecho, además de varias puñaladas. Estaba atada de pies y manos.

Su hermana María Briceño relató que ella era ayudante de cocina en un restaurante de El Hatillo y salía del trabajo entre las 10:30 pm y las 11:00 pm. El martes 12 de julio terminó su jornada, pero no regreso a casa. Sus familiares, preocupados, al día siguiente empezaron a buscarla por varios hospitales de Caracas, aunque sin obtener resultados.

El domingo acudieron a la morgue de Bello Monte. Allí les notificaron que una vecina, que estaba limpiando el jardín de su casa, avistó el cuerpo y avisó a los cuerpos de seguridad.

La mujer tenía nueve hijos que los dejaba al cuidado de su prima. “Ella era madre soltera y estas criaturas quedaron sin el amor de una madre. Estoy destrozada. Creemos que la asesinaron para robarla porque no tenía enemigos. Era una mujer luchadora, que trabajaba por y para sus niños. También veló por nosotros”, expuso Briceño.

Esta no es la primera vez que pierde a un familiar en circunstancias violentas. Hace ocho años mataron a su hermano en El Hatillo para despojarlo de sus pertenencias. “Hago un llamado a los cuerpos de seguridad para que le pongan freno al hampa. No creo en la justicia y estoy segura de que muchos familiares que acuden a la morgue comparten el mismo sentimiento de rabia e impotencia por la impunidad”, dijo la mujer.

EL NACIONAL

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