“En este país matan hasta por una bolsa de arroz”. Eso fue lo que dijo Ediana Montilla, hermana de Angel Ernesto Montilla, de 25 años de edad, quien fue asesinado el martes a las 6:30 pm por unos hombres armados que lo despojaron de las bolsas de alimentos vendidas por los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (Clap).
Él había salido a buscar la bolsa de productos alimenticios en la avenida principal del sector Los Alpes de el Cementerio y cuando regresaba a su casa, se bajaron unos hombres de un vehículo. Uno de ellos le dijo: “entrégame la bolsa de comida, si no te mato aquí mismo”. Montilla no se la dio y forcejeó con el hombre que lo amenazó. El delincuente le disparó en la pierna izquierda, se montó con el otro hampón en el carro y se dieron a la fuga.
Su hermana Ediana escuchó el disparó y junto con otros vecinos salió de la residencia para investigar lo que sucedía. Observó que un grupo de personas rodeó a Montilla. Desesperada, lo auxilió y con otros familiares y residentes, lo llevó al Seguro Social de El Cementerio. Allí lo estabilizaron y el personal médico no pudo intervenirlo porque el centro no cuenta con equipos ni insumos para tratar la herida de proyectil que le atravesó la arteria femoral. Lo refirieron al hospital Pérez Carreño, donde falleció.
“El hampa no conoce fronteras. Hasta las bolsas de comida que antes ni las miraban, ahora se han convertido para los azotes en una joya. No les importa asesinar por un paquete de arroz y harina. La vida vale los 10.000 bolívares que le costó a mi hermano ese paquete”, dijo la mujer. La víctima trabaja como escolta en una empresa privada.
Esta no es la primera vez que una persona es asesinada por comida en la Gran Caracas. El pasado mes de abril, a la presidenta del Consejo Comunal del sector Las Casitas de Guatire, de nombre Yeimy del Carmen Gómez, dos delincuentes la atacaron a tiros por el control de la distribución de las bolsas de comida en la zona. Luego de asesinarla, los hombres le colocaron un cartel que decía: “esto te pasó por sapa”.
Terrible realidad