Caracas.- Una reunión que debía ser rutinaria sobre el uso de una franela entre la directiva del plantel y los estudiantes de quinto año del liceo Luis Manuel Urbaneja Achelpohl terminó convirtiéndose en una batalla campal en la que 15 alumnos, 5 policías y 3 profesores resultaron heridos.
Semanas atrás tres estudiantes asesinaron en Caricuao a golpes a su compañera de clases, Michelle Longa, quien estaba embarazada, debido a que las sacó de un trabajo en grupo que tenían que entregar.
A finales del año pasado una joven de 14 años decidió poner fin a su vida en los baños de su colegio en San Antonio de los Altos, al parecer el acoso por parte de sus compañeros fue el detonante de la decisión.
La violencia se muda al aula
El informe de Cecodap de 2016 reporta un incremento del 44% de la violencia escolar con dos mil 403 casos recopilados en un estudio hemerográfico, en comparación con el año anterior, cuando hubo mil 671 casos denunciados.
El informe refleja la muerte de siete estudiantes como consecuencia de la violencia escolar, cinco de ellos fueron asesinados por rivalidades.
Además se registran las lesiones sufridas por 37 estudiantes en sus centros educativos, de ellos seis fueron heridos por arma de fuego, cuatro en riñas con compañeros, uno por arma blanca en las afueras del colegio y otro más fue lesionado durante un robo, tres adolescentes fueron heridos al recibir golpizas populares cuando robaban en una escuela, cuatro estudiantes fueron lesionados durante disturbio estudiantil, dos más por enfrentamiento entre liceos, y otra fue arrollada en medio de la confusión provocada por los choques entre estudiantes de dos liceos.
Contagio en los colegios
A juicio de Fernando Pereira, directivo de Cecodap, “la violencia dejó de ser un problema de la calle, se infiltró hasta los centros educativos, donde hace estragos”.
“Los casos reseñados no son espontáneos, ni fortuitos, son consecuencia de situaciones que no fueron atendidas debidamente por padres y docentes y que como una bola de nieve terminaron afectando a toda la comunidad, debemos contar con las herramientas para corregir esos problemas a tiempo”, subrayó Pereira.
Por su parte Nahuary Escalona, directora de educación de Sucre, agrega que la descomposición social terminó ingresando a los planteles escolares. “Muchas escuelas están en barrios controlados por la delincuencia y en ellos los pranes son quienes imponen sus normas de convivencia, normas que se repiten en las aulas”.
Agrega que los docentes deben aprender a negociar con niños que están amparados por delincuentes, bien porque son sus hijos o porque forman parte de bandas, lo que coloca a los docentes en una posición muy peligrosa.
Concluye señalando que la violencia no es exclusiva de los barrios, por el contrario “infectó a toda la sociedad”.
Esmeralda Rodríguez, orientadora de la escuela Ocumare del Tuy en Guaremal, Los Teques, agrega que la inseguridad juega un papel fundamental en el desenvolvimiento de la vida de una comunidad y por su puesto de la escuela.
“En nuestro caso estuvimos 15 días sin ir dar clases por una guerra entre bandas que tomó a la comunidad, los niños se vieron muy afectados, al extremo que pasados meses desde esos enfrentamientos, aún los padres no sienten seguridad para traer a sus hijos al colegio y los niños viven angustiados. Fue una guerra entre bandas que dejó un efecto permanente en toda la comunidad”.
Yelitza González, expresidenta del Sistema de Protección Integral del Niño y Adolescente del municipio Guaicaipuro agrega: “Nos encontramos ante un relajamiento de las normas de convivencia, la violencia se inicia en el hogar, cuando los padres no escuchan ni orientan a sus hijos, los niños terminan no reconociendo autoridades en la casa, entonces mucho menos lo harán fuera del hogar”.
Al rescate de los valores
“Hay que recordar que los niños así como tienen derechos, tienen deberes, el maestro vulnerado debe actuar para ponerle un alto a la violencia, debe colocar a esos niños ante las instancias pertinentes, los padres deben ser atendidos por especialistas. La Lopnna establece los mecanismos de protección, no es tan permisiva como se dice”, dijo Yelitza González.
“Tenemos que llegar a un acuerdo nacional para rescatar la educación, porque sin ella no tendremos vida. La historia ha demostrado que los países que han logrado salir de las crisis son los que han invertido en educación”, dijo finalmente Fernando Pereira.
Testimonios de docentes en la mira
“Todo comenzó con unos rayones en el carro cuando lo estacionaba en el liceo, por lo que dejé de estacionarlo allí, pero los estudiantes descubrieron donde lo estacionaba y siguieron dañándolo hasta que me pusieron una advertencia en el parabrisas diciendo que si no pasaban todos los de cuarto año B me iban a quemar el carro, dejé de usarlo para ir a trabajar, y terminó el año escolar, no pasaron todos, una noche me despertaron en mi casa diciéndome que mi carro se estaba quemando”. Docente del Liceo Miranda Los Teques.
“Un día cité a un representante para explicarle los problemas que estaba enfrentando con su hijo, la mamá llegó y claramente me dijo que el niño era tremendo porque su papá era el pran del barrio y si no me gustaba como era el niño, que me fuera de la escuela, o que asumiera las consecuencias, yo pedí el cambio de colegio”. Maestra de la escuela Simón Rodríguez, Coche.
“A veces los estudiantes logran meter armas, cuchillos y hasta pistolas a la escuela, hace algo más de un año un jovencito falleció al dispararse en la cabeza cuando manipulaba una pistola que trajo, acá la inseguridad es tremenda”. Profesor del Liceo Urbaneja Achelpohl.