Los hospitales de Ocumare del Tuy, Santa Teresa, Charallave y Cúa protestaron ayer simultáneamente desde las 7:00 am hasta las 12:00 m por la falta de insumos para atender a los pacientes, la falta de pago a los trabajadores y la inseguridad a la que se enfrentan a diario.

Anni Carreño, enfermera del Hospital Doctor Miguel Osío de Cúa, denunció que en el centro atienden a parturientas y recién nacidos con instrumentos no esterilizados. “Los equipos de parto son reutilizados y los remojamos en agua porque no tenemos ni Gerdex. Cortamos el cordón de un niño que no sabemos qué puede tener y con esa misma tijera cortamos a otros”. En el hospital carecen de autoclave, máquina utilizada para esterilizar utensilios.

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Además, contó que está dañada la cava de desechos biológicos en la que botan las placentas y los cordones umbilicales. “El olor es horrible, a animal muerto. Y pega en todo el hospital. Eso es contaminante, no solo para los pacientes, sino para el propio personal”.

Entre los insumos más requeridos están las soluciones y las gasas. “No tenemos cómo limpiar a los recién nacidos. Cuando alguien viene al hospital tenemos que pedirle que traiga todo. No tenemos ni guantes”. Las dos ambulancias con las que contaba el centro de salud están paradas por falta de cauchos, por lo que es imposible referir a los pacientes más graves o que requieren especialistas diferentes de los de neonatología, ginecobstetricia y emergencia disponibles. “Los pacientes tienen que buscar por su lado cómo trasladarse, eso es un riesgo que tienen que asumir ellos”, dijo.

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El quirófano del centro asistencial funciona sin aire acondicionado, y en el área de sala de partos no hay incubadoras, pues las que había se dañaron y no fueron reparadas.

Además, la inseguridad ha empeorado en los últimos meses. “A las enfermeras nos roban los casilleros. A una enfermera y a dos vigilantes de la noche los apuntaron con una pistola para robarlos”.

También reclamaron la falta de pago de los aumentos salariales decretados por el presidente Nicolás Maduro. El personal cobra en promedio 6.500 bolívares quincenales, y tampoco ha recibido el incremento de los bonos de alimentación.

“Queríamos que el Ministerio de Salud viniera a atender nuestras denuncias, pero nadie acudió. Vinieron un representante de la Defensoría del Pueblo y funcionarios policiales. Nos dijeron que eran un canal para transmitir los reclamos, pero que ellos no nos podían dar solución”, aseguró Carreño. Hoy protestarán de nuevo.

EL NACIONAL

 

 

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