De siete balazos mataron el pasado lunes a las 4.00 de la madrugada, a Félix Jesús Franco Segovia, de 51 años, gerente de la empresa Petróleos de Venezuela (PDVSA), mientras conducía una camioneta Jeep Grand Cherokee, blanca, placa AC901PV, por el corredor vial Amparo – Las Lomas, frente al centro comercial Santa Fe IV. Después de recibir los impactos, la víctima perdió el control de la unidad y chocó contra la estatua de la plaza Los Aceitunos.
Sentados a las afueras de la morgue del Hospital General del Sur (HGS), los familiares del economista relataron lo poco que sabían sobre el asesinato. Salió, a las 12.00 de la madrugada de su casa, situada en el sector Tamare, en el municipio Lagunillas, en la Costa Oriental del Lago (COL), para realizar unas diligencias. Horas más tarde se encontró con su hermano, sobrino y exesposa, subieron a la camioneta y les hizo el favor de dejarlos en una zona de Maracaibo desde donde emprenderían un viaje hacía Colombia.
Franco dejó a sus tres parientes en la vivienda de una amiga, cercana al sitio donde ocurrió el crimen. Su expareja sentimental lo describió como servicial, humilde, responsable y amable, buen hijo y padre; descarta la venganza o el ajuste de cuentas como móviles del homicidio, “era un hombre ejemplar”, repetía una y otra vez al tiempo que secaba las lágrimas que le corrían por el rostro con un pañuelo.
Allegados a la familia la interrumpieron para decir que el infortunado compartía la paternidad de una jovencita, de 16 años, con ella, lograron mantener una buena relación pese a la separación. El infortunado dedicó gran parte de su vida a la empresa petrolera y al cuidado de sus tres hijos.
Presumen que los maleantes intentaron robarle la camioneta, “probablemente se negó a entregarla” y por eso lo tirotearon.
Hipótesis
Los investigadores reconstruyen el asesinato a partir de las evidencias encontradas en el interior del automotor. La versión preliminar indica que dos delincuentes interceptaron al quincuagenario, le ordenaron descender, desestimó la petición, sacaron sus armas de fuego y comenzaron a disparar. Cuando los proyectiles impactaron en la puerta, perdió el control de volante, se estrelló contra la jirafa de acceso al centro comercial y contra un monumento de la Gobernación del Zulia.
Mientras el gerente de PDVSA se desangraba sobre la palanca de velocidades, situada entre los asientos del chofer y el copiloto, los maleantes huyeron a toda velocidad en la moto en la que se desplazaban. Al parecer no robaron ninguna de sus pertenencias, por lo que los sabuesos del cuerpo detectivesco realizan las experticias para determinar las causas que desencadenaron el suceso.
Trascendió que el vehículo era propiedad del esposo de otra hermana, quien se desempeñaba como coronel de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Los funcionarios presumen que la credencial asignada por la vicepresidencia encontrada en el interior de la unidad le pertenece.