Encontrar el punto G por ti misma es sencillo pero hacerlo durante la penetración no lo es tanto. Sin embargo, hay cinco posturas sexuales del Kamasutra que hacen que el miembro viril pueda estimularlo durante el sexo.Te contamos cuales son y que seguramente se convertirán en tus favoritas.
El loto invertido
Sus efectos están garantizados, aunque puede ser algo cansada. Se trata de una variante del clásico misionero en la que la mujer eleva la pelvis y coloca los pies sobre los hombros del hombre con las rodillas dobladas.Cuanto más eleves la pelvis más profunda será la penetración y más estimularás el punto G. Un truco: si te cansas mucho coloca un par de almohadas debajo de tu trasero para que la pelvis se eleve más sin que te canses.
El perrito
Colócate a cuatro patas sobre la cama y haz que tu pareja te penetre desde atrás. Permite a ambos controlar el grado de penetración en todo momento y deja espacio suficiente para que el chico pueda acceder al clítoris con una mano. ¿Quieres conocer otras zonas erógenas inesperadas?
Esta postura también se puede realizar tumbados aunque aquí la estimulación manual es mucho más complicada.
Las ranas o balanza
Ideal para que la chica controle lo que ocurre en todo momento. El hombre tendrá que situarse sentado en una silla o en el borde de la cama si no es muy alta y le permite apoyar los pies en el suelo. Siéntate sobre su regazo dándole la espalda. Tus pies pueden estar también en el suelo para que controles mejor los movimientos o si eres ágil sobre la cama o la silla, con las rodillas dobladas.
La cucharita
Igual que cuando os abrazáis antes de dormir. El chico se sitúa detrás y ambos os tumbáis de lado. Al igual que ocurría con el perrito, la penetración desde atrás facilita la estimulación del punto G y además deja vía libre para hacer lo propio con el clítoris. Todo ventajas y además no requiere un gran esfuerzo físico.Es una de las posturas del Kamasutra favoritas de la mujeres.
El yunque
El hombre se sitúa de rodillas sobre la cama, mientras que la mujer se tumba boca arriba y eleva la pelvis apoyando todo el peso sobre los hombros y las plantas de los pies. El chico la cogerá por la cintura. De esta manera el pene puede estimular la pared anterior de la vagina, justo donde se encuentra el famoso punto G. También puede ser cansada, pero merece la pena intentarlo aunque solo sean unos minutos.
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