¿Por qué los matrimonios maduros y exitosos a veces duermen en camas separadas? Porque son más listos. Todos sabemos que dormir es uno los aspectos más importantes para la salud y que los beneficios de un sueño reparador son casi ilimitados. Puedes elegir tus amigos o tu pareja, pero no puedes elegir tus ganas de dormir. Éstas aparecen cuando menos lo necesitas y tienden a desaparecer a la inversa. Vamos, que a las dos de la mañana tienes los ojos como Özil después de tocar un solo de trompeta. No favorece el hecho de dormir con la vibración de tus grupos de Whatsapp activada, ni de haberte levantado a las 11 de la mañana, ni de haber dormido una siesta equivalente a un ciclo solar, ni de haberte tomado todas las reservas de café de la casa de George Clooney, ni de estar escribiendo en redes sociales que no puedes dormir. Pero para qué cambiar esos pequeños malos hábitos pudiendo culpar al INSOMNIO.
Resulta curioso cómo en la soltería uno de los mayores deseos es dormir abrazado a alguien, y durante la relación uno de los mayores anhelos es dormir solo. Porque dormir se complica notablemente cuando uno tiene pareja. Especialmente si el comienzo de la relación se produce en época estival. Los amores de verano son maravillosos hasta que te toca compartir superficie horizontal. Se supone que tienes que dormir bien abrazado para demostrar el interés y la pasión propia del romance, pero pasadas dos horas ya no puedes separarte. No puedes separarte literalmente. Tu piel se ha anexionado a la suya como si la epidermis estuviese imantada. Notas como las ráfagas calóricas te invaden con vehemencia y empiezas a sudar como Camacho en la línea 5 del metro de Madrid en hora punta. Y no hay escapatoria posible. Si vuestra relación comienza en invierno todo resultará más sencillo, aunque existe el riesgo de sufrir una hipotermia severa si su pie llega a rozar tu piel.
La felicidad conyugal reside en esos momentos de unión nocturna. No lo digo yo, lo asegura un estudio publicado por el psicólogo Richard Wiseman (de la universidad de Hertfordshire) en el Festival Internacional de Ciencia de Edimburgo, que afirma que la distancia que mantenemos con nuestra pareja a la hora de dormir es la clave en la felicidad de la relación. Así, las parejas que duermen a menos de 2,5 cm son más felices que las que lo hacen a más de 75 cm. También concluye este estudio que el 42% de las parejas duermen dándose la espalda y solo un 4% lo hace cara a cara.
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