Hay momentos en la vida en los que creemos que ya no podemos soportar más, consideramos que el mundo a nuestro alrededor se está derrumbando y lo peor de todo es que parece que las personas a tu alrededor lo ignoran. Harry Haller, el protagonista de la novela “Lobo Estepario”, de Hermann Hesse, sufre una de estas crisis en la mitad de su vida. Una noche es invitado a la casa de su antiguo profesor de Mitología Oriental; durante la reunión se da cuenta de que es incapaz de establecer una conversación civilizada con otra persona, cuestión que le hace caer a lo más bajo:

“Furioso corría a la luz de los faroles, furioso y lleno de una tristeza mortal. ¡Qué día tan inconsolable había sido éste, tan vergonzante y tan siniestro desde que Dios amaneció hasta la noche, desde el cementerio a la escena en la casa del profesor! […] ¡Vete a casa Harry, y córtate el cuello! Ya has esperado bastante tiempo”.

Harry está decidido a terminar su vida en el cuarto de su hotel. Momentos antes de llegar a su hogar temporal, decide entrar a una taberna donde conoce a Hermine, una mujer que le dará una razón para vivir. Todos en algún momento hemos experimentado los pensamientos que Hermann Hesse plasmó en “El lobo estepario”, en esas circunstancias vale la pena recordar las cosas que cambiaran tu estado y la forma en que ves la vida.

Todo es temporal

Cuando alguien se aleja de nuestras vidas, hace que la forma en que vemos el pasado cambie. Los recuerdos que antes eran perfectos en un instante se convierten en tragos amargos porque ya no podemos estar con esa persona. Sin embargo, este sentimiento, al igual que las relaciones y las personas, sólo es temporal. Con el tiempo te darás cuenta de que esos momentos dejarán de ser agrios y empezarás a recordarlos con aprecio.

Es parte de un crecimiento

Es inevitable que en algún momento de la vida vas a estar deprimido. La muerte de una persona cercana, el fin de una relación o alguna presión laboral te harán sentir el individuo más infeliz del mundo. En esos momentos debes de recordar que no eres el único que está sufriendo, cientos de personas a tu alrededor han experimentado estos mismos sentimientos y los han hecho parte de su ser. Crecer es ver a las circunstancias que tenemos y concebirlas como un aprendizaje que nos dará fortaleza.

Debes ver las oportunidades

Una señal que indica que estás deprimido es cuando no quieres hacer nada. Te pueden ofrecer ir a tu restaurante favorito o hacer tu esa actividad que tanto te gusta, pero simplemente no estás de humor. Es en este punto cuando debes darte cuenta de que el fin de una relación o un trabajo te puede abrir las puertas a una infinidad de oportunidades. Intenta aprender un nuevo idioma, haz ejercicio, llena tu mente de libros; en pocas palabras, mantente ocupado con actividades que a la larga se convertirán en tus próximos sueños.

Fallar no te hace un fracaso

Prácticamente todas las grandes ideas o acciones son resultado de decenas de aciertos, pero del mismo número de errores. Naturalmente, pensamos que si cometemos una serie de fracasos no servimos para la vida y lo único que queda hacer es acostumbrarse a vivir en constante depresión. Jamás pensamos que este efecto dominó puede ser creado por circunstancias que no funcionan y no necesariamente somos responsables de las fallas. Cuando sientas que todo te sale mal, ve hacia adelante y sigue intentando, puede que estés a sólo unos pasos de tus sueños.

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