Ya a las 5:00 de la mañana de este jueves 1º de septiembre, algunos residentes del estado Vargas comenzaban a llegar graneados a los puntos de encuentro dispuestos por la Mesa de la Unidad Democrática en la entidad costera, con el fin de tomar los autobuses que los trasladarían a la Toma de Caracas, la jornada de protesta opositora que buscó reunir en la capital a manifestantes de todo el país.

Llegaban con ánimo, pero con temor. “De seguro nos atraviesan un autobús o ponen una alcabala. Tu verás que algo se inventan esos diablos”, decía Juan Gonzalez, vecino de Maiquetía.

El cierre de la autopista Caracas – La Guaira era un temor certero. Ya en otras ocasiones menos importantes el oficialismo había colocado obstáculos. Para la Toma de Caracas no tenía por qué ser diferente. Pero si lo fue.

El primer obstáculo a vencer por los varguenses que habían decidido acompañar a la MUD a la concentración en la avenida O’Higgins de El Paraiso, fue el embarque de las unidades de transporte. La oposición estimó unas 42 unidades de transporte, pero a duras penas lograron convencer a poco más de 20. “Los conductores nos han dicho que recibieron amenazas de voceros del oficialismo, de no dejarlos comprar en la proveeduría o recibir créditos, si nos llevan a Caracas”, advirtió el concejal Miguel Malliotakis (PJ).

Una alcabala ocasionó congestión vial para ingresar a la autopista Caracas - La Guaira | Foto: Nadeska Noriega

Los opositores se concentraron en la avenida Soublette, con la idea de trasladarse como una caravana. “Si detienen las unidades, estaremos todos juntos para poder dar una respuesta contundente”, dijo el Secretario Ejecutivo de la MUD Vargas, Carlos Teixeira.

Ya a las 7:00 de la mañana las unidades de transporte iban a Caracas. Una acabala, en las inmediaciones del Servicio 171 de Vargas, ocasionó un fuerte retraso. Efectivos de la Guardia Nacional revisaban al azar algunas unidades. Mientras unas eran retenidas, otras recibían el salvoconducto.

Entre las retenidas estuvo la unidad donde viajaba el diputado por Vargas José Manuel Olivares, quien denunció que funcionarios del Sebin le solicitaron las credenciales y retrasaron su traslado.

Al final de la revisión, cuatro autobuses fueron retenidos. Sus ocupantes no decidieron devolverse a Vargas, sino caminar por la autopista para llegar a Caracas. Algunos recibieron un aventón de otros varguenses solidarios, mientras que el resto debió acomodarse en las unidades de transporte que ya habían avanzado.

Si las unidades eran retenidas, los varguenses prefirieron caminar por la autopista a regresarse a sus casas | Foto: Nadeska Noriega

“Nos dejaron pasar sin rollo. Será que nos irán a caer a plomo en El Paraiso. Esos de seguro no nos dejan salir de allí”, pensaba en voz alta Rita Oropeza, vecina de Naiguatá.

Pero tampoco fue así. En El Paraiso, una nutrida movilización partió hacia la avenida Libertador, encabezada por Olivares y sus homólogos Stalin Gonzalez (UNT), Luis Florido (VP) y el también diputado por Vargas, César Alonso (UNT).

No hubo escaramuzas, pero sí una larga caminata que incluyó las avenidas José Antonio Páez y Victoria, los sectores de Roca Tarpeya, Los Chaguaramos, Bello Monte, Las Mercedes, Chacaito y Chacao.

“No puedo dar un paso más, pero me doy por satisfecha. Decían que no podíamos estar en Libertador y pues me camine medio municipio Libertador. La gente se sorprende que vinimos tantos de Vargas; aún tenemos esa etiqueta chavista, pero nos la vamos a terminar de quitar con el revocatorio”, contaba Lucía Díaz, residente de Pariata, quien acudió con su hija y su mamá a la jornada de protesta.

Los diputados por Vargas José Manuel Olivares y Cesar Alonso, junto a sus homólogos Luis Florido y Stalin Gonzalez | Foto: Nadeska Noriega

Sacando cuentas, los varguenses que participaron en la Toma de Caracas caminaron poco más de 18 kilómetros, la ruta más larga establecida en esta jornada. Después de finalizada la concentración opositora, coordinar el regreso también fue una carrera de saltar obstáculos. “Algunos choferes están perdidos, porque no conocen Caracas, y como hay tantas calles cerradas se les ha complicado llegar al punto de encuentro”, explicaba Carlos Armas, coordinador de una de las unidades que retornarían al litoral central desde Caracas.

Sorteado el escollo de la ubicación, los varguenses quedaron atrapados en la autopista Francisco Fajardo en medio del enfrentamiento entre manifestantes y la PNB. Para huir del gas lacrimógeno, las unidades dieron reversa y debieron esperar unas horas a que los ánimos se calmaran. “Parece que regresar de la Toma de Caracas será más difícil que llegar”, decía en torno de burla Julio Peña, dentro del autobús que lo regresaría a Catia La Mar, de donde había salido 12 horas atrás.

EL PITAZO

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