La venezolana María Corina Machado, quien hoy fue recibida en el Congreso brasileño, admitió que “la oposición democrática” al Gobierno de Nicolás Maduro “tiene diferencias”, pero aseguró que “todos los líderes opositores apoyan las protestas”.

Machado, despojada la semana pasada de su escaño de diputada en la Asamblea Nacional venezolana, garantizó que todos los líderes de la oposición, incluido el gobernador del estado Miranda y excandidato presidencial Henrique Capriles, están “unidos contra un régimen perverso”.

En su opinión, es natural que en una “oposición democrática” existan algunas diferencias, pero insistió en que estas no pasan por las convocatorias a “protestas pacíficas” contra un Gobierno que ha empleado “una represión brutal” contra quienes lo enfrentan.

En los últimos días, Capriles ha declarado que es necesario entablar un diálogo con el Gobierno, que las protestas deben tener “un foco” y que no pueden plantearse como único objetivo la “salida” del presidente Maduro.

La periodista venezolana Patricia Poleo, encuadrada en la oposición, ha acusado incluso a Capriles y al presidente de su partido Primero Justicia, Julio Borges, de “colaboracionistas” y “traidores” por esa actitud crítica frente a algunas protestas.

Machado, sin embargo, no endosó esas acusaciones, aseguró que mantiene “un enorme respeto” por Capriles y por el resto de los miembros de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), que aglutina a la mayoría de la oposición, y garantizó que “todos manifiestan su apoyo a los estudiantes y a las protestas”.

La opositora venezolana María Corina Machado dijo hoy en Brasilia que el primer paso para que se acepte una mediación en el conflicto que vive su país es que el Gobierno de Nicolás Maduro “demuestre que tiene voluntad de diálogo”.

Machado explicó su versión sobre la situación venezolana durante una audiencia en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado brasileño y comentó la posibilidad de que el Vaticano oficie como mediador, que ha sido barajada en los últimos días hasta por el presidente Maduro.

La Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) se ofreció hoy en Caracas como posible mediadora y, aunque calificó al Gobierno de Maduro de “totalitario”, dijo estar dispuesta a facilitar un diálogo para “apaciguar” la ola de protestas que vive el país.

“Si hay alguien en el mundo que pueda generar confianza es el Vaticano”, declaró Machado, aunque aclaró que “eso sólo una vez que se demuestre que hay voluntad” para eso por parte del Gobierno.

Entre las condiciones que “no son negociables” de cara a un diálogo, Machado citó la “liberación de todos los presos políticos”, que “cese la represión contra las protestas pacíficas” y que se castigue a los responsables de torturas y asesinatos.

“Entonces podremos hablar de una mediación”, declaró Machado, quien reiteró que la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) “no es confiable” para la oposición.

“La Unasur ya tiene precedentes”, indicó la líder opositora, quien recordó que cuando la oposición denunció un supuesto fraude en las elecciones que hace casi un año ganó Maduro, se comprometió a que hubiera un recuento de votos “que nunca se hizo”.

“El pueblo de Venezuela tiene serias dudas sobre la imparcialidad de Unasur”, indicó.

Agregó que hay “presidentes y cancilleres” de los países de la Unasur que han hecho declaraciones de apoyo a Maduro y también que, en los más de quince años que tiene el “chavismo” en el poder, la oposición escuchó decenas de promesas de diálogo que “jamás” fueron cumplidas.

Respecto a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien tiene una estrecha relación con Maduro, así como su antecesor Luiz Inácio Lula da Silva la tuvo con el fallecido Hugo Chávez, dijo que le pediría que “tenga más empatía” con la situación venezolana.

“La hablaría de madre a madre, de perseguida a perseguida”, dijo Machado, quien recordó que Rousseff, durante la última dictadura brasileña, fue detenida y torturada por su oposición al régimen.

Machado instó a los brasileños a “solidarizarse con el pueblo venezolano” y afirmó que en su país no hay un conflicto “ideológico” entre izquierdas y derechas.

Según la dirigente venezolana, el conflicto es entre “el irrespeto a los derechos humanos y las libertades, entre dictadura y democracia, entre justicia y atropellos, entre un régimen opresor y un pueblo que clama libertad”.

La oposición brasileña, encabezada por el senador Aecio Neves, posible candidato presidencial del Partido de la Social Democracia Brasileña (Psdb) en los comicios de octubre próximo, manifestó un pleno apoyo a las denuncias de Machado.

Neves criticó “la omisión del Gobierno brasileño” en la crisis venezolana y aseguró que “la violencia” que sufren los opositores a Maduro “es contra todos los demócratas” latinoamericanos.

“La causa de Venezuela es nuestra causa”, apuntó Neves, quien garantizó que Machado en Brasil “es recibida como parlamentaria” y afirmó que “los demócratas brasileños estarán atentos, como hermanos de fe, contra la opresión de un régimen que demuestra poco aprecio por las libertades”.

La senadora comunista Vanessa Grazziotin fue la voz más aguda de la base parlamentaria que respalda a Rousseff y mostró carteles atribuidos al grupo opositor venezolano Javu, que dicen “Venezuela necesita de ti. Mata a un chavista”.

Grazziotin inquirió a Machado sobre su negativa a participar en conferencias de paz convocadas por Maduro y aseguró que el objetivo de una protesta “no puede ser nunca” derrocar a un Gobierno electo en las urnas.

En ese sentido, Machado respondió que “no puede haber” diálogo si quienes protestan “pacíficamente” son víctimas de una “represión brutal” que ha causado “decenas” de muertos y miles de heridos, así como personas torturadas o encarceladas sin el debido proceso.

Con información de EFE

Venezuela's opposition leader Machado speaks during a meeting of the Brazilian Senate's Foreign Affairs Committee in Brasilia

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