“En toda crisis de Estado son los militares los que deciden. Hoy día la única fuerza que le queda a Nicolás Maduro es la facción militar que encabeza el general madurista (Vladimir) Padrino López”, aseguró a La Tercera a comienzos de mes, el sociólogo alemán y mentor del fallecido Presidente venezolano Hugo Chávez, Heinz Dieterich.
Este pensador, radicado en Ciudad de México, insistió también en esa entrevista que “la Fuerza Armada en Venezuela, está dividida”. Las impresiones de Dieterich, quien conoce de cerca el funcionamiento de la cúpula venezolana, se hacen especialmente latentes en una semana crítica para el gobierno de Nicolás Maduro, justo cuando el chavismo y la oposición han entrado en una nueva fase de enfrentamientos.
A todos los problemas que enfrenta Maduro, quien intenta evitar que se active un proceso de referendo revocatorio este año que podría apartarlo del poder, se le suma ahora un “malestar” de ciertos sectores de las FF.AA. según fuentes militaras citadas por diarios como El Mundo de España.
Este escenario ocurre justo cuando acaba de entrar en vigencia el estado de excepción impuesto por el gobierno por 60 días y que entre otras medidas, podría restringir el derecho de protesta y reunión, así como autorizar detenciones y allanamientos sin una orden judicial.
La iniciativa de Maduro no sólo enfureció a la oposición, agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y escandalizó a algunas organizaciones internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, sino que también estaría causando rechazo en la cúpula militar. “Los altos militares no quieren pagar los platos rotos”, estima Dieterich.
La oposición también da cuenta de esto. “Fuerte rechazo al interior de las Fuerzas Armadas ante el decreto del estado de excepción. Consideran como manipulación jurídica para evadir responsabilidades”, escribió esta semana en su cuenta de Twitter el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Henry Ramos Allup.
En la era chavista, los militares han estado divididos. La mayor manifestación ocurrió durante el golpe del 11 de abril de 2002 contra Hugo Chávez. Los militares que se oponían al entonces Presidente se unieron a la oposición para intentar sacarlo del poder, pero 48 horas después fue el general Raúl Isaías Baduel -hoy en la oposición- quien se opuso al nuevo gobierno de Pedro Carmona e instaló nuevamente a Chávez en el Palacio de Miraflores.
De todos modos, Maduro espera que la cúpula militar se mantenga leal a él. En esa facción destaca el general y ministro de Defensa, Vladimir Padrino López y el comandante de la Guardia Nacional, Néstor Reverol.
A su vez, la facción que no vería con buenos ojos al gobernante estaría encabezada por el general retirado Miguel Rodríguez Torres.
Este ex oficial es parte del sector 4-F, es decir los militares que participaron en el fallido golpe de Estado del 4 de febrero de 1992 liderado por Hugo Chávez contra el entonces Presidente Carlos Andrés Pérez. Esta facción estaría acercándose a algunos altos mandos militares para sugerirle a Maduro que debe abandonar el poder y llamar a nuevas elecciones.
“Yo creo que fundamentalmente se están dejando de hacer cosas. Hay que entender que el comandante Chávez no está y que tiene que haber cambios. Esto se venía venir desde 2013, en ese mismo momento el Presidente Nicolás Maduro debió tomar las medidas económicas”, aseguró Rodríguez el 29 de marzo, en declaraciones a Globovisión.