El chavismo se dispone a controlar también los municipios venezolanos sin apenas oposición. La votación este domingo de más de 2.400 concejales es la última cita electoral de un año que ha supuesto la concentración de todo el poder en manos del régimen. El presidente Nicolás Maduro tomará de nuevo posesión el 10 de enero tras ganar el pasado mes de mayo unas elecciones rechazadas por la inmensa mayoría de la comunidad internacional. Mientras aumenta la presión de las principales instancias multilaterales, Washington y la Unión Europea, el sucesor de Hugo Chávez exhibió este viernes el apoyo de su homólogo ruso, Vladímir Putin, y del turco Recep Tayyip Erdogan.

Los venezolanos acuden a las urnas en medio de la peor crisis económica de la historia del país, acorralados por una hiperinflación imparable y con el censo cercenado por un éxodo que, según Naciones Unidas, supera los 2,3 millones de personas. En las papeletas no figurarán, una vez más, los símbolos de los principales partidos críticos con el oficialismo, que se oponen a la celebración de unos comicios sin garantías ni observación internacional pactada y, en algunos casos, se encuentran inhabilitados.

“Primero Justicia no participa ni directa ni indirectamente en la farsa electoral del 9 de diciembre. Exigimos que no se usen nuestros símbolos ni colores para promover ninguna candidatura”, aseguró Juan Pablo Guanipa, dirigente de la formación de Henrique Capriles. Los concejales del municipio de Chacao, uno de los bastiones opositores de Caracas, utilizaron la misma palabra, “farsa”, y aseguraron que no participarán en la votación. El fin de esta estrategia es desnudar la soledad del Gobierno, provocar un aumento de la abstención, que ya en las presidenciales fue la más elevada del pasado reciente, y dejar claro su rechazo a unas reglas del juego establecidas por las autoridades.

“¿Les vamos a dejar algo a los escuálidos? No, no lo merecen. Que nos llamen en el mundo como les dé la gana. Espacio que deje la derecha, espacio que debemos conquistar”, proclamó Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), en el acto de cierre de una campaña desdibujada y marcada por la indiferencia de los ciudadanos, mucho más preocupados por afrontar su día a día y abastecerse. “Va a ganar el chavismo”, enfatizó.

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