Una cátedra sobre el tráfico de drogas ofreció este miércoles el agente especial Daniel Mahoney, quien ocupó el estrado como testigo del Gobierno de EEUU. Familiares de Efraín Campo y Franqui Flores estuvieron en la sala. El Pitazo obtuvo más detalles sobre el argumento que usó la defensa para salvar a los sobrinos de la pareja presidencial venezolana

Durante la tercera jornada del juicio a Franqui Flores de Freitas y Efraín Campo Flores subieron al estrado dos testigos del Gobierno de EEUU: el agente federal de la DEA Daniel Mahoney y José Santos Pena, el testigo identificado como CS-1, cuya identidad fue revelada por Preet Bharara en un documento introducido a la Corte el pasado 7 de noviembre.

Mahoney aportó información sobre la forma como operan las organizaciones de tráfico de estupefacientes. Explicó las conexiones que se establecen desde el origen de la droga, la cual se manufactura en Colombia, su transporte por territorio venezolano para después conectar con países de Centroamérica y el Caribe, entre ellos Honduras, Haití y República Dominicana.

Medios presentes en la sala informaron que familiares de Campo y Flores estuvieron atentos a la audiencia, en la cual se dio una discusión por el uso de groserías que en Venezuela son usuales entre los jóvenes como camaradería y no en términos de homofobia o insultos.

La idea era “tumbarle” los verdes

La plataforma de periodistas de McClatchy, que estuvo presente durante la segunda jornada del juicio, comentó en su site que “los sobrinos planeaban robar a los dos informantes confidenciales (José Santos Pena y José Santos Hernández) una suma de 20 millones de dólares y nunca planearon entregar cocaína para ser introducida de contrabando a EEUU, sugirió Randall W. Jackson, abogado de los sobrinos”.

“Es un hecho ¿no es así, que dijeron que tenían la intención de mantener el dinero y no entregar las drogas?”, preguntó Jackson al agente durante el interrogatorio al agente federal Sandalio González, quien dirigió la investigación, afirma la plataforma.

La defensa ha sido constante en sus argumentos para desmeritar el caso contra Campo y Flores. Afirma que la investigación fue de muy mala calidad, que hubo una intención política en involucrar a los jóvenes en la operación de tráfico de narcóticos y ahora se suma esta nueva variante, la del robo del dinero a los supuestos narcos por parte de los acusados pero que en ningún momento consideraron traficar cocaína hacia EEUU.

“Jackson continuó una línea de cuestionamiento que buscaba pintar a González como líder de una investigación de mala calidad que se basaba en dos fuentes confidenciales poco confiables que mintieron a la Administración de Control de Drogas (DEA), consumieron cocaína y metanfetamina y durmieron con prostitutas, mientras recaudaban más de 1,2 millones de dólares del gobierno estadounidense por supuestamente informar sobre otros traficantes de drogas. Perdiste el control de tus informantes”, le dijo Jackson a González.

González puso en duda semejante teoría lanzada por la defensa. Admitió que nunca se ha enterado de un caso en el que los narcotraficantes estuvieran dispuestos a anticipar 20 millones de dólares en efectivo sin ninguna mercancía para demostrarlo y reconoció el uso de lenguaje homófobo y de insultos étnicos al hablar con sus fuentes, “porque tengo que hablar en su idioma”, dijo el funcionario.

La defensa alega que la falta de drogas confiscadas debe ser suficiente para que el jurado tenga una “duda razonable”, pero González dijo que los hombres fueron arrestados por conspiración al planear todos los detalles de una operación con narcóticos y aseguró que la DEA no iba a proporcionar un dinero por adelantado.

“Campo y Flores nunca indicaron que planeaban robar el dinero a las fuentes confidenciales y no entregar las drogas. En cambio sí hablaron de cómo podrían usar su acceso preferencial al hangar presidencial en el aeropuerto de Caracas para sacar las drogas de Venezuela”, dijo González.

Tal y como informó El Pitazo, Campo confesó que esperaba ganar suficiente dinero en el negocio de la cocaína para poder llevar a su esposa e hijo a vivir a EEUU, según una transcripción de su presunta confesión después de quedar en custodia de los agentes de la DEA. “Anteriormente había dicho a un informante confidencial que planeaba utilizar los beneficios para ayudar a la campaña del congreso de su tía, según conversaciones grabadas”.

Durante su estadía en el estrado, González dijo que “Campo también mencionó posiblemente cooperar con los fiscales y preguntó si la DEA estaría interesada en información sobre el lavado de dinero pero no proporcionó más detalles”.

“González defendió la investigación de la DEA y dijo que aunque algunas de sus palabras pudieron haberse tomado como inapropiadas, había adoptado el lenguaje utilizado por los informantes para darles la confianza necesaria antes de una peligrosa misión. Señaló que las fuentes confidenciales eran los traficantes de drogas que usaban lenguaje vulgar con regularidad”, dice el reporte.

La defensa ha descrito a Campo y Flores como ingenuos e incapaces de sacar un esquema de drogas tan complejo, además de haber tomado “decisiones estúpidas, muy estúpidas”. Han sido reiterativos en afirmar que “fueron atacados por razones políticas debido a su conexión con Maduro, que es un adversario de Estados Unidos”.

EL PITAZO

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