Según el experimentado y prestigioso periodista venezolano, Nelson Bocaranda, dentro del PSUV las aguas están más que revueltas. Desde el triunfo de Donald Trump, son muchas las especulaciones que han surgido a raíz del temor que ahora tienen los burócratas rojitos, justificados en demasía por el endurecimiento de la diplomacia gringa, sobre todo después de las últimas actuaciones del nuevo gobierno norteamericano.
Existen muchas teorías que circulan en los círculos internos del partido de gobierno que especulan sobre quién podría sustituir a Maduro, una vez eliminado Cabello de la línea sucesoral debido a su amplio rechazo en las encuestas.
La otra importante figura, el diputado Elías Jaua, con serios reveses internos por el grave señalamiento de ser el ” destructor de la agricultura” y por su famoso viaje al Brasil con su niñera, está igualmente fuera de carrera.
Y puesto fuera de combate el vicepresidente Tareck El Aissami por las acusaciones de narcotráfico, escribe Bocaranda, “solo quedaría un líder de altura en el control del partido rojo que sería Jorgito. Esto circula dentro de la cúpula del PSUV. Las angustias son gratuitas. El diván es ajeno, no lo vendan…”
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