La palabra celo es el eufemismo de los sentimientos de miedo y envidia. Señala un miedo enorme al abandono, al rechazo y la posibilidad de que exista alguien mejor que uno. Hay quien asegura que “quien NO cela no ama” y hay quienes afirman que “el celoso no ama”, y quien dice que “quien no es celoso ama mejor”…
“El celoso ama más, pero el que no lo es, ama mejor”. Moliére
En nuestra cultura, las relaciones de pareja se entienden como un contrato de exclusividad donde están insertos algunos valores como el amor, el respeto y la fidelidad, siendo además relaciones monogámicas. Es por esto que nos sentimos amenazados ante la posibilidad de que “nos quiten lo nuestro “. Podríamos decir entonces que cuando alguno se aproxima a la persona con quien mantenemos una relación y nos sentirnos intimidados, llegando a pensar que nos quieren quitar al objeto de nuestro amor, esa sensación que combina molestia y miedo por la posibilidad de perder a la pareja, es conocida como celos y son tan comunes que parecieran naturales, cuando estos son conductas bien aprendidas relacionadas con el abandono o su posibilidad.
En la mayoría de los casos aprendemos a celar desde que venimos al mundo.
Por lo general cuando nacemos nuestros padres se ponen a nuestra completa disposición para satisfacer nuestras necesidades de bebé y nos dan un contexto de exclusividad. Esto hace que creamos que las personas nos pertenecen.
Por otro lado, culturalmente se ha tomado a los celos como una señal de interés afectivo, de amor, de allí que se diga que el que no cela no ama.
Esto es diferente al celo, al cuido de lo querido, de lo que vale, como el celo del hogar.
Cuando vemos los celos como algo natural o como una señal de interés y de amor se corre el riesgo de ser participantes en relaciones violentas, ya que se establecen vínculos de poder, posesión y dependencia, porque esta dinámica establece una vida en torno a otro, sus conflictos y necesidades, sin olvidar que en muchas oportunidades los celos están basados en situaciones irreales.
En las relaciones de celos, la baja autoestima es equilibrada descalificando los logros de la pareja con la ilusión de evitar que se le pueda superar o abandonar.
Al inicio de una relación, la persona que es celada, pudiera sentirse muy halagada en la creencia que está siendo amada, que hay interés, protección y seguridad. Si a usted le ha sucedido algo así, entonces querido amigo, cayó en la trampa…
Nada más lejos del amor que los celos, ya que se establece una dinámica de apego, inseguridad y descalificación.
Esto tiene que ver directamente con el ser celoso. Es importante plantearse el hacerse responsable de los propios celos, somos dueños de nuestros celos como de todas nuestras sensaciones y sentimientos (excepto en casos de enfermedades mentales).
Otra trampa relacionada con los celos es la postura de quien cela y persigue al otro porque quiere terminar la relación. Como no se atreve a romperla, ni se hace responsable de sus decisiones, prefiere culpar y responsabilizar al otro. Aquí los celos son usados como la excusa, como la justificación para la ruptura.
Vale preguntarnos entonces, ¿estamos atascados en los celos, hay alguna cosa que se pueda hacer? ¡Pues sí!
Si siento celos, son míos, soy responsable, respondo por eso. Por ejemplo, si estoy con una pareja que es carismático, atractivo y mirón, de pronto comienzo a sentir celos. Puedo retraerme y preguntarme a mí misma, ¿qué quiero para mí? ¿Es esto lo que quiero para mí? ¿Quiero estar en esta relación con esta persona con estas características? Y tomar una decisión que me convenga. Lo contrario es estar señalando y responsabilizando al otro de lo propio.
Cuando no conozco que se trata de mis miedos, mi abandono, la historia de rechazos, etc., no puedo trabajar mis carencias. Sin trabajarlas no seremos capaces de construir relaciones más sanas y equilibradas, y, así poder entonces, amar mejor…
@IreneSpecht
www.irenespecht.com
“Tengo envidia de tus cosas, tengo envidia de tu sombra,
de tu casa, de tu rosa porque están cerca de ti.Envidia, tengo envidia del pañuelo,
que una vez secó tu llanto y es que yo te quiero tanto que
mi envidia es sólo amor.Y mira si es grande mi amor que
cuando digo tu nombre tengo envidia de mi voz”.Juancito Valderrama