Hay quienes no le prestan atención, hay quienes lo piensan desde la adolescencia lo cierto es que el nombre que decidas poner a tu bebé será una de las cosas más importantes y simbólicas que harán como padres, pues es como un regalo que le dan al recién nacido y que –aunque algunos decidan cambiarlo- lo acompañará por el resto de su vida.
-Evita ser autoritaria, aunque desde que jugabas con muñecas ya habías elegido el nombre de tu hijo o hija, es una decisión que debe tomarse en pareja, llegar a un acuerdo entre ambos padres.
Para ello es importante tener esta conversación, hagan una lista, investiguen, origen, significado, hay cientos de posibilidades que pueden servirles como guía o inspiración.
-El nombre que elijan debe reflejar las cualidades de ambos padres y que buscan proyectar en su bebé y que lo haga sentir honrado con como ustedes decidieron llamarlo.
-Ser creativos, modernos y originales será importante pero no hay que exagerar, cosas impronunciables o que en su ambiente vayan a sonar extravagantes o ser sinónimo de burla por su cacofonía. Esto suele pasar cuando elegimos nombre extranjeros, recuerda que estas cosas varían por la identidad cultural o familiar. Esto no quiere decir que debes ajuro elegir un nombre común.
-Poner el nombre del padre, abuelo, bisabuelo, tatarabuelo. Esta bien querer honrarlos, pero ya basta de los Juan tercero o María quinta. Algo bonito y simbólico puede ser colocarlo de segundo nombre, pero eso si, no se dejen llevar por la presión familiar, deben realmente querer llamar así a su bebé.
-Que llegue el día del nacimiento y no haber si quiera considerado posibles nombres, esto es un error que muchos padres comenten; si bien pueden tocar con suerte y elegir el nombre perfecto, también pueden surgir desastres.
-Hacer combinaciones, los nombre combinados son una gran idea, pero no todos pueden combinarse, esta es una tarea que debe hacerse con mucho cuidado y creatividad.
