Si algo preocupa a la comunidad internacional es la forma descarada como Nicolás Maduro abusa del poder, anula las instituciones y convierte a la justicia en injusticia. Esa opinión democrática sigue con detenimiento los movimientos de un TSJ que amenaza ahora con seguir juicios a diputados opositores, después de haber cercenado las funciones contraloras de la Asamblea Nacional.

Afortunadamente tenemos al frente de la AN a un experimentado diputado como es Ramos Allup, en la primera vicepresidencia a Enrique Márquez y a Simón Calzadilla en la segunda vicepresidencia. Es un equipo que blinda la AN, que está dispuesto, junto a Julio Borges, jefe de la bancada del cambio, a rechazar estas maniobras del régimen que colocan al país al borde de la violencia y su consecuente derramamiento de sangre, sí ocurriese el enfrentamiento de pueblo contra pueblo que están propiciando.

El TSJ desprecia a la mayoría que se expresó en las elecciones del 6-D 2015, no se da cuenta que esa mayoría no se va a dejar pisotear. Hay suficiente músculo opositor, los estudios de opinión registran un 80% de rechazo a la gestión de Maduro.

A diferencia de las dictaduras del siglo XX como las de Pérez Jiménez y Pinochet, que propugnaron en lo económico una política desarrollista, el fracasado “Socialismo del siglo XX” deja a un país en ruinas, después de despilfarrar en forma alegre cuantiosos recursos que ingresaron por el alza de los precios de los hidrocarburos, colocando la corrupción en el centro del debate político.

Maduro está señalado como uno de los mandatarios mas incapaces que han pasado por Miraflores, y se ha trucado en símbolo del fracaso como administrador y de haber llevado el país a la ruina y a sus habitantes a la miseria.Jamás Venezuela había vivido una situación similar, aunque la República tuvo épocas difíciles, como cuando el 23 de mayo de 1899 Cipriano Castro con 60 hombres invade Venezuela, iniciando así la Revolución Liberal Restauradora que derrumba todas las instituciones, y el territorio de la Nación es víctima de los despojos del lado occidental por parte de Colombia y del oriental cometido por la Guyana británica. Parecía que no había gobierno… Sería Gómez, quien con el triunfo en la batalla de Ciudad Bolívar, puso fin a las luchas fratricidas e implantó la paz que reina hasta ahora.

Preservar la paz no es fácil con un gobierno como el de Maduro, por eso la inmensa mayoría está por su salida constitucional, como comienzo de la solución a la profunda crisis a que han arrastrado al país Chávez y Maduro.

Decía recientemente Chúo Torrealba que un cambio de gobierno sería saludable para todos, incluido el chavismo, y nosotros agregaríamos que también lo sería para sectores de la Fuerza Armada. Y es que cuando vemos las colas para comprar alimentos y medicinas, las fallas de energía y agua, una inflación de 3 dígitos, el parte de personas fallecidas producto de la inseguridad, tendremos que concluir en la necesidad de la sustitución del gobierno de Maduro por uno de Unidad Nacional que enfrente esta crisis, porque ningún sector por sí solo está en capacidad de superarla.Venezuela tiene futuro, y ese futuro no es otro que la democracia y la libertad.

TAL CUAL

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