Usted es el Ministro del Interior, Justicia y Paz, pero deshonra esta posición. En cualquier país civilizado un funcionario público de este rango está al servicio de la nación. Usted acaba de decir publicamente que “su única aspiración es defender la revolución bolivariana “. Así lo dijo durante una entrevista con Diosdado Cabello por la televisión. Esto que usted dijo significa que usted no es ministro, que usted ocupa ilegalmente una función pública. Usted es apenas, por admisión propia, un traidor a esa misión pública y su declaración debería enviarlo de inmediato a la cárcel, si no estuviera Venezuela bajo una narco-dictadura.
En su pretendida condición de ministro de justicia y paz usted debería llevar a cabo actividades orientadas a promover estos dos objetivos. Pero su impúdica declaración de defensor total de la llamada “revolución” hace imposible que usted pueda promover paz y justicia en el país. Debería tener la verguenza mínima para renunciar a su posición, así como los dialogantes de la oposición deberían tener la verguenza minima de no sentarse en una mesa con un bandido como usted.
¿Cómo podría usted defender la paz cuando su misión declarada es defender al régimen contra millones de venezolanos que lo desprecian? ¿Cómo defender la justicia si su objetivo declarado es defender al malandraje chavista en contra de los ciudadanos decentes del país?
Dice usted ser un soldado “puesto allí para defender la revolución bolivariana”, cuando su misión debería ser la de proteger a la ciudadanía de los abusos y excesos de la fuerza armada y de los colectivos que sirven de matones del régimen. Por supuesto, no puede usted hacerlo, porque usted mismo es el líder de las fuerzas represivas. Usted es el matón del régimen, el que tiene las manos manchadas de sangre de ciudadanos que protestaban contra la dictadura.
Usted califica a los miembros de la oposición, ayudado por ese otro troglodita bautizado como Diosdado por un padre sin bola de cristal, de “cara é tablas”, simpático nombre que se une a los insultos que ustedes, gentuza sin sensibilidad social, le han endilgado a la oposición por 15 años, mientras estos mansos insisten en estrecharles las manos llenas de dinero mal habido y de sangre inocente. Uno se pregunta en que país del mundo un ministro llama así a los miembros de la oposición y que clase sub-humana es esta que integra el gabinete del chofer. Hay países con gobiernos crueles pero Venezuela es el único que yo conozca donde mandan los payasos asesinos.
Usted es un traidor a su posición de servidor público, un asesino con manos manchadas de sangre inocente y un corrupto, al confundir la función pública con un cambur desde el cual favorecer a una pandilla en contra de la ciudadanía.
Poco faltó para que, en 1992, también fuera usted un magnicida.
¿Tendrá usted alguna cualidad abisal, no facilmente detectable?
Nota: Ningun parentesco con su compañero de establo de apellido Coronel, también indiciado por el Senado de los Estados Unidos como violador de los Derechos Humanos.
Gustavo Coronel