Si a las violaciones a los derechos humanos por parte del régimen que presidió Hugo Chávez le agregamos una mayor y brutal represión del gobierno cívico-militar de Nicolás Maduro, la complicidad con funcionarios públicos, señalados internacionalmente, de vinculaciones con la corrupción y el narcotráfico, con las mafias organizadas del hampa que controla las cárceles y domina las calles, la mayoría que creyó en Chávez hoy comienza a cuestionar a Maduro.
Una de las primeras manifestaciones de gobernar al margen de la ley, fue la violación de la orden o del testamento del presidente de la República, Hugo Chávez, de que Nicolás Maduro terminara el período que se vencía el 10 de enero de 2013 y fuera escogido como su candidato en las elecciones que se realizarían de acuerdo con lo establecido en la Constitución nacional. No se encargó el presidente de la Asamblea y los poderes públicos se coludieron para que continuara en el poder usurpado el Vicepresidente.
Son varios los casos conocidos públicamente de ciudadanos que han apelado a todas las instancias legales del país y se han considerados burlados en sus derechos legales, y han acudido a organismos internacionales investidos de autoridad por acuerdos y convenios ratificados por Venezuela, para hacer valer sus derechos. En nuestro territorio solo nos queda protestar en la calle, tal como lo comenzaron a realizar los estudiantes de diferentes universidades, en el marco de la Carta Magna.
Afortunadamente, el país está enrumbado hacia la lucha de masas en la calle, según lo acordado por la Mesa de Unidad (MUD) cuando eligió por unanimidad a Jesús “Chúo” Torrealba como secretario ejecutivo y a unas elecciones en las que la mayoría de los electores escogerá los nuevos diputados de la Asamblea Nacional.
Después de 14 años de violación de los derechos humanos de venezolanos inocentes, sentenciados a 30 años de presidio por orden del desaparecido comandante eterno, como en el caso de los comisarios de la Policía Metropolitana Iván Simonovis, Forero y Vivas, los policías que también fueron encarcelados injustamente, la juez Afiuni sentenciada por el ex Presidente en un programa de televisión, hoy son detenidos ilegalmente Leopoldo López y los alcaldes Ceballos y Scarano, lo cual obliga a los demócratas a no desmayar en la lucha por la libertad y la democracia.