Entiendo que andes asustado y temeroso. Lo que ocurre es que la gente está muy molesta. Y no estoy hablando de la que nunca creyó en ustedes. Estoy hablando de ese cuarenta y pico por ciento que ahora se le suma al lote opositor de siempre. Esa gente está muy caliente, porque alguna vez se comió el cuento de ustedes y hoy se encuentra en la ruina material, como consecuencia de la estafa de la que ustedes les convirtieron en víctimas, por más de dieciséis años. Se dieron cuenta de la cosa, hermano. ¿Tú sabes cómo es eso cuando alguien cae en cuenta de que ha sido estafado? ¿Te han estafado alguna vez?

Y la gente que se siente estafada por ti, ahora piensa que además quieres robarles la esperanza. Debo aclarar que diferencio a esa gente de mí, por la sencilla razón de que yo nunca fui estafado, porque yo nunca creí en ustedes. Desde 1992 caí en cuenta de lo que son: unos golpistas, unos felones. Así que ni Chávez, ni tú, nunca me engañaron, porque yo sabía que este desastre venía. No con la claridad con la que lo predijo Carlos Andrés Pérez, pero sí en muy buena medida.

Esa gente que hoy piensa que quieres robarles hasta la esperanza, es muy ducha en reconocer y diagnosticar lo que está pasando. Tiene años enfrentando una situación casi idéntica a la que hoy se generaliza. Es lo mismo que vive cuando identifica al choro que tiene el barrio azotado y cuando va a la policía a denunciarlo, es al denunciante al que quieren dejar preso. Esa complicidad, que es la misma con la que se están manejando para tratar de evitar lo inevitable, está más que pillada por la gente, y es la que identifica en la cadena interminable de requisitos inventados por el CNE que, por cierto, no les sirvieron para nada. Y como no sirvieron los inventos, creyeron que se la comieron con la marramucia de los tribunales penales. Lo de las sentencias instantáneo-simultáneas les quedó muy feo, sobre todo por la inmediatez con la que el CNE procedió a querer matar el revocatorio. Eso es Juanito Alimaña, el del primo policía. La gente se da cuenta, vale.

Lo que quiere la gente es muy sencillo, gordo. Por cierto, esa gente que creyó en ustedes y ahora, después del más grande diluvio de petrodólares que haya conocido país alguno jamás, está muy flaca y enferma, lo único que quiere es contarse. Facilito. Como lo hicieron en Colombia, en treinta y pico de días. Ahora es cuando queda tiempo. Por donde lo veas, si piensas bien en tu caso, no tiene sentido que arruines el resto de tus días por empeñarte en impedir que la gente se exprese como manda la Constitución. Me imagino que del otro lado te deben tener loco, pero ten presente un detalle: tú no eres un insalvable como esos que quieren que te hundas con ellos. No hay padrino que los salve.

Quedan tres días de octubre, treinta que tiene noviembre, treinta y uno de diciembre y diez en enero, que suman setenta y cuatro días. Tiempo hay. Y, déjate de vainas, no le sigas diciendo a la gente que no hay plata para elecciones mientras te gastas diez veces lo que hace falta en templetes desalineados y giras desaliñadas, todas completamente inútiles. Por cierto, a ese Villegas, que es más pavoso que Escarrá, ya no le creen ni los hermanos. Lo de las fotos refritas con el Papa en 2013, más que un pecado es una estupidez. Pero bueno, como te decía, hay tiempo y real, por lo que solo te queda una: deja que la gente se exprese. Cuéntate, compadre.

Si nada de eso te convence, me parece que te queda una opción distinta, pero la veo más cuesta arriba frente a los insalvables. Es una oportunidad para que la única gente que debería importante, esa que se siente estafada, no te odie tanto: renuncia.

Por el camino que vamos no se augura nada bueno. La decisión es tuya, en cualquier caso, para que sea fácil o difícil, pero va a ser. La gente va a terminar expresándose, como lo hizo en toda Venezuela el 26 de octubre, que ha debido estar firmando tranquilamente, con todo y la trampa que armaron ustedes al negar las máquinas que sí le dieron de sobra a las primarias de cuatro gatos del PSUV.

Deja el miedo. Deja que la gente se exprese. O renuncia. En ambos casos, te lo puedo jurar, no te va a doler.

Va de suyo que hablo de aquí y ahora.

@Francisco_Paz_Y

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