Lo peor es negar la realidad. Eso a nada bueno conduce. Refugiarse en ese truco de que todo lo malo que se denuncia o se advierta no tiene fundamento en la vida real porque es “pura percepción” sirve de escondite para los problemas que se prolongan en el tiempo, porque no se los ataca como debe ser y por lo tanto no se resuelven como aspira la ciudadanía que se haga.
Pretender desviar la atención de una calamidad como las enfermedades que amenazan la vida de los venezolanos es una gran irresponsabilidad. No es metiendo preso a un médico que se atreva a revelar lo que está pasando en un centro de salud como se remediarán las dificultades, ni encolerizarse cuando un vecino ofrezca detalles de los niños o adultos que han presentado síntomas de enfermedades.

Con esas rabietas no se curarán los pacientes; por el contrario, eso es ponerse de espaldas a un entorno que más bien debe ser atendido oportunamente, con rapidez y de manera coordinada para producir soluciones en el menor tiempo posible. Lo que está en riesgo es nada más y nada menos que vidas humanas. No es cualquier cosa, eso no es para politiquear.

Muchos servidores públicos, junto con trabajadores del sector de la salud, más los vecinos de comunidades que padecen el acoso de las plagas, hemos venido señalando que se deben tomar medidas preventivas cuanto antes. Pero, además, son evidentes los altos números de enfermos por las picadas de los mosquitos. Frente a esas detalladas denuncias publicadas en los medios de comunicación del país, la reacción del Gobierno fue la de sancionar e intimidar. ¡Qué cosa más absurda! Ahora parece que han comprendido que los mosquitos existen, que están picando por todas partes y que lo lógico, lo racional y lo menos que espera la gente, es que se trabaje acopladamente, bien sea fumigando, desmalezando y concientizando a la ciudadanía para que tome sus propias previsiones del caso.

Los recursos deben asegurarse, con eso no puede haber regateo, mucho menos cuando Nicolás Maduro salió en Nueva York regalando cinco millones de dólares para combatir internacionalmente el ébola. También dijeron los voceros del Gobierno nacional que están beneficiando a 150 mil habitantes del Bronx con gasolina venezolana gratiñán. Yo no digo que seamos insensibles, pero con tantos problemas que tenemos aquí, lo correcto es darles prioridad a nuestras penurias. Las cosas no están para pavonearnos como ricachones.

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