Vivimos entre estremecimientos y resulta difícil entre tanto cataclismo saber qué es políticamente prioritario. La semana pasada, entre informaciones sobre la epidemia de chikungunya-dengue, el asesinato de Serra, los gastos obscenos de Maduro en Nueva York, el dólar pasando Bs 100 y la baja del precio del petróleo, ocurrió en la Asamblea Nacional un nuevo impasse entre chavistas y opositores en torno al Comité de Postulaciones que ha de nombrar los tres rectores del CNE, sustitutos de los que tienen sus plazos vencidos.
Reitero aquí la absoluta prioridad que es la conformación de un CNE ajustado a derecho. Sin embargo, la mayoría declinante, que es ahora el chavismo, quiere mantener su hegemonía partidista en el nuevo CNE. La directiva roja puso sobre la mesa en la AN nombres chavistas para integrar el comité, conminando a diputados opositores a proponer “sus” nombres también. El oficialismo está practicando la muy cuartarrepublicana práctica de cuotas de poder, buscando asegurarse un remozado CNE con mayoría chavista y al servicio de Maduro y sus tribus “revolucionarias”.
Pero nuestras crisis son demasiado severas y los vientos ya soplan en otra dirección. El país quiere cambios y paz para que haya trabajo, alimentos, salud, educación y seguridad.
La mejor ruta para tales fines es recomponer los poderes públicos conforme indica la Constitución. Nada de cuotas partidistas para nombrar rectores o jueces. Instituciones como el Observatorio Electoral Venezolano y la Ucab vienen solicitando a la AN que haga su trabajo como pauta la constitución, es decir, que abra la deliberación pública para que los diputados puedan, entre todos, llegar a acuerdos en la designación de rectores sin militancia política. El nuevo CNE debe garantizar “la igualdad, confiabilidad, imparcialidad, transparencia y eficiencia de los procesos electorales…” que exige la Carta Magna. Los diputados opositores han denunciado el chantaje del presidente Cabello, presionándolos a aceptar su “cuota” o resignarse a que el TSJ chavista nombre al comité o a los rectores. La lucha por un país con paz y bienestar comienza respetando la Constitución. Apoyemos la lucha de diputados opositores por un comité idóneo y un CNE independiente.