¿Qué si los trabajadores necesitan y merecen un aumento? Claro que sí. ¿Qué si el incremento del sueldo mínimo ayudará al pueblo? Obviamente que no.
La razón de esta aparente contradicción es el reflejo de la crisis económica que padecemos en Venezuela. La cual luce que se agrava día con día.
Desde Miraflores anunciaron con bombos y platillos el incremento del salario mínimo a 40.638, pero no explicaron las consecuencias de esta medida.
El problema venezolano no estriba en aumentos desmedidos del sueldo, sino en el incremento del poder adquisitivo de los venezolanos. Con cada aumento de salario vemos que la inflación se dispara y el poder de compra del pueblo disminuye.
¿Qué se puede comprar con el incremento anunciado? Tal vez alcance para 2 o 3 pollos, pero para más nada.
La situación económica venezolana, la devaluación del bolívar, la política monetaria, fiscal y económica desacertada que ha ejecutado Maduro, y su antecesor, nos han llevado a un colapso increíble.
De qué sirven 40 mil bolívares cuando un simple kilo de arroz cuesta 7.550 bolívares, cuando el kilo de carne oscila alrededor de los Bs. 8.000, cuando un kilo de azúcar vale casi 6.000 bolívares.
Existe un total divorcio entre Miraflores y lo que está sucediendo en las comunidades populares, o tal vez sea la ceguera ideológica de un gobierno que quiere imponerse a como dé lugar sin importar que la población pase hambre y necesidad.
Este incremento del salario mínimo se lo devorará la inflación como ha ocurrido con todos los anteriores, el aumento del 50% del salario mínimo no le hace ni cosquilla a una inflación acumulada que sobrepasa los 4.000%.
Y es que, el anuncio de Maduro se diluirá como sal en el agua. No hay más remedio, ni otra explicación sobre este tema.
Lo que sí es cierto, es que con este tipo de medidas se dispararán los porcentajes de empresas y comercios que cerrarán. Sí, en muchos casos los pequeños y medianos empresarios no soportarán la situación y decidirán cesar en sus labores, lo que afectará aún más la economía generando más desempleo.
Lo que los venezolanos necesitan no son aumentos disparatados, sino una política seria en el plano económico que le garantice estabilidad y crecimiento a nuestros trabajadores.
Lo que la población le urge es que el dinero le alcance y no solo para comer sino para todas sus demás necesidades.
El sueldo de un trabajador debería rendirle para costearse sus gastos de alimentación, vestido, recreación, educación y más. Esto es lo ideal y lo que el régimen actual ha destruido con sus acciones económicas.
Entonces, ¿qué pasará con el incremento salarial? Tenemos que esperar lo que siempre ha sucedido, es decir, se irá como sal y agua, se desaparecerá en la marea inflacionaria que nos ahoga.
Frente a esta realidad los venezolanos tenemos que seguir apostando al cambio y a la unidad.