El presidente Donald Trump aseguró ayer que “no hizo” ni tiene grabaciones de sus conversaciones privadas con James Comey, el director del FBI al que destituyó.

“Con toda la vigilancia electrónica, intercepciones, desenmascaramiento y filtración ilegal de información de la que se ha hablado recientemente”, Trump dijo que no tenía “la menor idea” de si existían “cintas” o grabaciones de las conversaciones. Pero declaró que “no hice ni tengo tales grabaciones”.

Los tuits son el capítulo más reciente en un juego de adivinanzas, desde que Trump insinuó que tendría grabaciones de sus conversaciones privadas con Comey en la Casa Blanca y por teléfono.

La historia de intrigas comenzó el mes pasado, días después de la destitución de Comey, quien en ese momento investigaba los presuntos contactos antes y después de las elecciones, entre la campaña del presidente y funcionarios rusos. La falta de grabaciones seguramente eleva la importancia de los apuntes que tomó Comey, de sus conversaciones con Trump.

Un informe de The New York Times citó a dos allegados a Comey que relataron su versión de una cena que tuvo con Trump en enero, durante la cual el presidente le pidió que le prometiera lealtad. Comey se negó y en su lugar ofreció “honestidad”. Cuando Trump pidió “lealtad honesta”, Comey dijo, “eso lo tendrá”, dijeron los allegados.

Trump tuiteó al día siguiente que a Comey “¡Le conviene desear que no haya ‘cintas’ de nuestras conversaciones antes de que empiece a filtrar a la prensa!”.

Los tuits de ayer plantearon interrogantes de por qué el presidente se jugaba su reputación y su capital político a promover algo que no era real.

Su insinuación anterior sobre las cintas evocaron las grabaciones secretas en la Casa Blanca, que provocaron la caída de Richard Nixon en el escándalo Watergate. Bajo una ley posterior a Watergate, las grabaciones presidenciales pertenecen al pueblo y con el tiempo se las puede publicar. Destruirlas es delito.

La comisión de la Cámara de Representantes que investiga la intromisión rusa en las elecciones fijó como plazo hasta hoy para que la Casa Blanca entregue las grabaciones que existan.

El Servicio Secreto aseguró que no tiene copias de audio ni transcripciones de cintas grabadas en la Casa Blanca de Trump, según un pedido del diario The Wall Street Journal, invocando la ley de libertad de información. Pero eso no excluye la posibilidad de que las efectuara otra entidad.

El sistema de grabación más infame de la Casa Blanca existió durante el mandato del presidente Richard Nixon. Las cintas, producidas entre 1971 y 1973, ayudaron a condenar al gobierno y forzaron la renuncia del presidente, tras el escándalo del Watergate.

Las cintas –y el espacio de 18 minutos que había entre las grabaciones–, también impulsaron la aprobación de la Ley de Preservación de Grabaciones y Materiales Presidenciales de 1974, que obliga que grabaciones presidenciales como las de Nixon sean conservadas.

Una nueva denuncia. Dos de los más altos funcionarios de inteligencia del país dijeron la semana pasada al equipo del fiscal especial para la investigación por la intromisión de Rusia en la elección de EU, Robert Mueller, que el presidente Donald Trump les sugirió que dijeran públicamente que no hubo colusión entre su campaña y los rusos, según múltiples fuentes citadas por CNN.

El director nacional de Inteligencia, Dan Coats, y el director de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), Mike Rogers, “describieron sus interacciones con el presidente sobre la investigación de Rusia como extraña e incómoda, pero dijeron que no creen que el presidente les haya dado órdenes para interferir, de acuerdo con múltiples fuentes familiarizadas con el informe”, reseña el canal de televisión en su portal web.

Las fuentes dicen que ambos hombres fueron más allá de lo que expresaron el pasado 7 de junio, en las audiencias públicas cuando dieron pocos detalles sobre esas interacciones con Trump. “Ambos hombres dijeron al equipo investigador que les sorprendió que el presidente pudiera sugerir que ambos declararan que él no estaba involucrado en colusión”, dijeron las fuentes al canal estadounidense.

Coats y Rogers también se reunieron de manera individual con el Comité de Inteligencia del Senado en dos sesiones informativas cerradas que fueron descritas a CNN por fuentes demócratas y republicanas.

“Una fuente dijo que Trump quería que Coats y Roger dijeran públicamente que el entonces director del FBI, James Comey, le había dicho al presidente en privado que él no estaba bajo investigación por colusión. Sin embargo, fuentes dicen que ninguno de los dos estaban preocupados de que Trump los estuviera presionando para hacer algo que ellos no querían hacer. Ninguno tomó acción respecto a la supuesta sugerencia del presidente”, concluye CNN.

Retoma batalla contra Obamacare

Senadores republicanos presentan una nueva propuesta de la ley de salud. Algunos aspectos principales son:

  • Reduce el presupuesto al programa Medicaid para personas de bajos ingresos.
  • Da a los estados flexibilidad para dejar de ofrecer coberturas garantizadas por Obamacare, como la maternidad o tratamientos relacionados con la salud mental.
  • Elimina impuestos y mandatos de Obamacare, entre ellos la obligatoriedad de adquirir cobertura médica.
  • Establece un sistema de subsidios para ayudar a los ciudadanos a comprar un seguro al estilo de la reforma de 2010, pero menos generoso y menos costoso para el Gobierno federal.
  • Migrantes, sin beneficios sociales

El magnate impulsará una nueva ley que atenta contra los extranjeros. La norma:

  • Impide a los inmigrantes recibir asistencia social por al menos cinco años, a pesar de que a la mayoría ya se les niega.
  • Niega a los extranjeros el derecho de los vales de alimentación, durante los primeros cinco años de residencia.
  • Va contra México y retoma plan del muro

El presidente de EU escribió ayer en su cuenta de Twitter: “México ocupó el segundo lugar más mortal del mundo, después sólo de Siria. El comercio de drogas es, en gran parte, la causa. ¡Vamos a construir el muro!”.

La construcción de una pared divisoria entre México y EU había quedado al final de la agenda de Donald Trump, quien priorizó la derogación del Obamacare y salvarse de las investigaciones de la trama rusa. Sin embargo, esta semana el mandatario estadounidense volvió a hablar del tema: propuso instalar paneles solares para que la energía producida ayude a financiarlo y el país mexicano “tenga que pagar mucho menos dinero”.

“Estamos pensando en construir el muro como un muro solar, algo que cree energía y se autofinancie. De esta forma México tendrá que pagar mucho menos dinero. Tiene sentido, ¿no?”, dijo el pasado miércoles Trump durante un mitin en Cedar Rapid, en Iowa.

La idea de colocar paneles solares en el muro ya llevaba dos semanas circulando en Washington, dado que el mandatario habló de ella en un encuentro privado con un grupo de legisladores republicanos el pasado 6 de junio, pero hasta ahora Trump no había formulado esa posibilidad en público.

RAZÓN 

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