Las sanciones económicas que Estados Unidos podría anunciar en los próximos días parecen ser la última gran esperanza de los venezolanos de ver un cambio político en el oprimido país sudamericano, después que el gobernante Nicolás Maduro lograra enfriar las manifestaciones y su régimen iniciara la acelerada transición hacia una dictadura socialista, dijeron analistas.
Las medidas podrían ser anunciadas esta misma semana e incluso coincidir con un encuentro previsto para este miércoles del vicepresidente estadounidense Mike Pence con integrantes de la comunidad venezolana en Miami.
Personas cercanas al proceso dijeron a el Nuevo Herald que las medidas contempladas incluyen más sanciones individuales contra altos funcionarios del chavismo, la prohibición de importar crudo pesado venezolano y de vender crudo ligero y combustibles estadounidenses a Caracas, así como la aplicación de un cerco financiero a Venezuela.
Las fuentes dijeron que Estados Unidos probablemente continuará con la ejecución de una estrategia incrementalista, donde las medidas más severas sean las últimas en aplicarse, que pudieran ejercer un impacto devastador sobre el sector petrolero venezolano, que genera el 95 por ciento de las divisas que ingresan al país.
No obstante, la selección final será aprobada por el presidente Donald Trump, quien ya anunció que Estados Unidos aplicaría con rapidez fuertes medidas económicas contra el régimen si Maduro insistía en la instauración fraudulenta de una Asamblea Nacional Constituyente que tiene por fin cimentar los poderes dictatoriales de su régimen.
Las medidas en el lado más extremo del abanico de opciones indudablemente tendrían un duro impacto sobre la población venezolana, que ya sufre las consecuencias del colapso económico provocado por el chavismo.
Pero el colapso de las finanzas internas podría terminar siendo un factor determinante en la remoción de un régimen dominado por organizaciones criminales que ha demostrado estar dispuesto a todo para permanecer en el poder.
“Es muy probable que no veamos un cambio hasta que estén en el momento de un colapso financiero”, explicó Evan Ellis, profesor del Instituto de Estudios Estratégicos del Army War College de Estados Unidos.
“En ese momento, podríamos ver a la élite militar y a los cubanos actuar, pero para salvarse a ellos mismos y no para restaurar la democracia”, dijo Ellis.
El régimen de Raúl Castro ejerce gran influencia sobre el de Maduro y recibe un subsidio económico de entre 50,000 y 80,000 barriles diarios de petróleo venezolano, aunque la economía del país sudamericano ya está en quiebra.
Pero Venezuela aún recibe cerca de $1,000 millones al mes por la colocación de crudo en Estados Unidos, monto que aunque insuficiente para cubrir las necesidades de importación de alimentos y medicinas que requiere el país, hasta el momento ha mantenido aceitado los engranajes del poder y de corrupción que le garantiza al régimen la lealtad de los militares.
Russ Dallen, socio gerente de la firma Caracas Capital Markets, quien es consultado con frecuencia sobre Venezuela por las autoridades de Washington, resaltó que la estabilidad de los regímenes totalitarios muchas veces sólo se ve amenazada cuando colapsan sus finanzas internas.
“En tiempos de estrés económico, hemos visto con frecuencia que aparece otro general que se monta en la tarima y dice, ‘Sabes que, no estoy recibiendo el monto que me corresponde, y creo que lo puedo hacer mejor’ ”, explicó Dallen.
Una de las medidas más extremas que se estudian en Washington es la implementación de un cerco financiero similar al aplicado por Estados Unidos contra Irán para tratar de impedir que Teherán desarrollara armas nucleares.
Medidas de ese tipo pondrían fuertes limitaciones a las operaciones de Petróleos de Venezuela, ya que podría terminar sancionando a las compañías que operen con la estatal petrolera venezolana.