A Donald Trump le han dado la bienvenida en numerosas ciudades de Estados Unidos en forma de manifestaciones de protesta. La incertidumbre acecha en el país.
Si hace ocho años, con la victoria de Barack Obama, barrios como Harlem en Manhattan York se llenaron de ciudadanos felices de ver al presidente negro de Estados Unidos, la recepción al magnate que ocupará la Casa Blanca a partir del 20 de enero ha sido totalmente al contrario. Las urnas han evidenciado que Estados Unidos se halla partido en dos y muy confrontado.
Nueva York, Chicago, Atlanta, Chicago, Portland, Seatlle,…, de costa a costa se escucharon los lemas en contra del candidato republicano. Estados Unidos ha entrado en un territorio inexplorado. Los partidarios de Trump se han quitado la timidez y se muestran eufóricos, pero lo que se oponen a él, al que califican de fascista y de peligro para la democracia, no se han encerrado en su casa.
Se palpaba en Nueva York una sensación lúgubre a lo largo de este miércoles. O como un nieto le decía a su abuelo: “lo siento mucho por el resultado de las elecciones”.
Lea la nota completa en: