Los menores de edad que escapan de la violencia y la pobreza en América Central e intentan emigrar no acompañados a Estados Unidos se encuentran en México en una situación compleja.
Pese a que en muchos casos corren riesgo de vida en caso de volver a sus países de origen, menos del 1% de los detenidos por la autoridad migratoria mexicana son reconocidos como refugiados o reciben algún tipo de protección formal en el país.
El gobierno mexicano asegura que son pocos quienes solicitan la condición de refugiado porque su interés es llegar a EE.UU. y no quedarse en México
Pero, en la práctica, eso significa que decenas de miles de menores de edad cada año se ven expuestos a la realidad de tener que volver al lugar de donde, en muchos casos, huyeron por temor a morir.
De casi 19.000 niños migrantes no acompañados interceptados en su territorio en 2015, México sólo proporcionó protección internacional a 52.
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