Ha muerto Fidel Castro en su cama y desgraciadamente no de un balazo en la cabeza o ahorcado como Mussolini. Esa era la muerte que merecía este hijo del diablo. Ha muerto el ídolo de barro que prometió democracia y convirtió a nuestro país en una cárcel donde la libertad y los derechos humanos fueron ignorados y aplastados con una represión sangrienta.

HIRAM GONZÁLEZ /
EL NUEVO HERALD

Este hijo del diablo hizo de nuestro país una hacienda de su propiedad donde todos los poderes del Estado estaban en sus manos, y envió a prisión o al paredón de fusilamiento a todos los que le exigimos que cumpliera con las promesas democráticas que le hizo al pueblo cubano para que lo apoyara en su lucha contra el régimen dictatorial del sargento Fulgencio Batista.

El Movimiento 30 de Noviembre fue fundado el 13 de marzo de 1960 por un grupo de hombres y mujeres que se rebelaron con las armas cuando Fidel Castro no cumplió con las promesas democráticas que le hizo al pueblo. Desde ese día nuestra organización no ha dejado de luchar por la libertad de Cuba. Luchamos, hombres y mujeres, en el monte y en las ciudades exponiendo nuestras vidas para liberar a nuestro país del comunismo estalinista de Fidel Castro. Cumplimos con honor y valentía con nuestro deber con la patria.

Se puede encadenar a un pueblo, pero nunca el pensamiento humano.

La libertad es un sentimiento indestructible que está dentro de cada ser viviente y siempre renace de sus cenizas como el Ave Fénix.

Duelen las manifestaciones de dolor de la mayoría de la comunidad internacional que le rinden homenaje a un hombre que ensangrentó a nuestro país y a los países hermanos de América. La comunidad internacional padece de falta de memoria o de moral. Hablan de libertad y rinden honores a los tiranos, como la declaración que hizo Leonel Fernández, ex presidente de la República Dominicana, cuando se dio la noticia de la muerte de Castro:

“Fidel encarnó con determinación y valor el sentimiento de los pueblos latinoamericanos por su dignidad, soberanía e independencia. Amigo de la República Dominicana, lo cual puso en evidencia en diferentes trágicos episodios de nuestra vida nacional. Tuve el honor de compartir en distintas ocasiones con él, y pude constatar a un hombre de fuertes convicciones y gran sentido de la historia.

“Mis más sentidas condolencias al gobierno y al pueblo cubano, por el fallecimiento de Fidel, quien será recordado como una de las figuras más carismáticas, talentosas e influyentes, no sólo en América Latina, sino del mundo”.

EL NUEVO HERALD

Comentarios de Facebook

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here