Carreteras de Garzón, Huila. Un jeep con cinco personas se aproxima a Neiva desde la zona veredal de la Carmelita, en el Putumayo. En el camino, unidades de la Policía los detienen y encuentran, escondidos en el vehículo, 10 mil dólares en efectivo.

Al instante nadie supo explicar con certeza el origen del dinero. Sin embargo, minutos después los detenidos explicaron que la plata hacía parte de unos viáticos para unas presentaciones musicales que llevarían a cabo en el marco de las fiestas de San Pedro.

Este jueves el fiscal general de la Nación, Néstor Humberto Martínez, confirmó que luego de investigar el origen de los dólares, se pudo constatar que se trata de dinero legal del frente 49 de las Farc. “La Fiscalía logró establecer que son dólares absolutamente legales, y no se encontró en relación con ellos ningún trazo”, manifestó el jefe del ente acusador. (Lea: US$10 mil incautados a grupo musical de las Farc son legales: Fiscal general)

Pero, ¿quiénes son estos músicos guerrilleros a los que se les encontró cerca de $30 millones para fiestas privadas en la capital opita, según manifestó el alcalde Rodrigo Lara? Hacen parte de Los Rebeldes del Sur y son el alma de la fiestas de las Farc. Su orquesta estrella.

El país conoció de ellos en la X Conferencia de las Farc en el Yarí, al sur de la Sierra de la Macarena, el año pasado en septiembre. En total son 17 músicos “guapachosos” que, literalmente, ponen a bailar a todo quien los escuche.

La voz principal de este grupo musical se llama Emilio y, Camilo, la voz secundaria, cada vez que se presentan repite con júbilo en tarima: “¡Hasta las tres de la mañana!”. Tocan merengue, vallenato y salsa, pero el toque lo pone la música popular.

A estos guerrilleros, que solían centrar sus operaciones en el departamento del Caquetá, los inspira la cotidianidad. Antes escribían canciones sobre guerra pero ahora, cuentan, su musa es la paz.

“Tocaba aprovechar cuando llovía y hacerse en las trincheras, la lluvia sonaba más fuerte que los instrumentos, así ensayábamos pero evitamos que el enemigo nos escuchara y pudiera detectar la ubicación”, explicó Camilo sobre aquellas épocas de ensayos en medio del conflicto.

El baile típico de las Farc, el Rompe Canillas o Cuadrito, como también suele llamarse, aplica para cualquier ritmo y combina a la perfección con la música de Los Rebeldes del Sur, que en tiempos de conversaciones en La Habana organizaban conciertos nocturnos al son del ‘chucu-chucu’.

Iniciaron en 1999, en el Caguán, con el anhelo de crear. Allí, según narró en entrevista con Kien y ké Róbinson Forero, otro de los cantantes, alcanzaron a adquirir aparatos e instrumentos y se alcanzaron a hacer eventos, incluso públicos. Su música se apagó luego de la ruptura del proceso de paz con el expresidente Andrés Pastrana y la ejecución del componente militar del Plan Colombia y, después, con el Plan Patriota.

“Eso nos complicó porque para tener una orquesta con las características que deseábamos se necesitaba estabilidad y quietud, para poder dedicarse al aprendizaje y a los instrumentos. También se necesitaba transporte, para poder movilizar todo ese volumen de aparatos, muy pesados. Entonces se hizo muy difícil, tanto que nos tocaba buscar que lloviera, que la naturaleza nos ayudara, para que con ella se opacara un poco el sonido de las voces y entrenar las canciones”, agregó.

También hacían subterráneos para que los guerrilleros practicaran aunque, entre bombardeos y combates, les restaron integrantes. Ahora, a pesar de generar controversia, esta vez por llevar en el bolsillo una gran suma de dinero para sus presentaciones, aseguran que solo con el proceso de paz lograron cambiar de condiciones, tanto que han construido estudios propios de grabaciones dentro de los campamentos.

EL ESPECTADOR 

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