Un hombre con un fusil de asalto y una pistola tomó rehenes y disparó a mansalva en un abarrotado club nocturno de Orlando, matando a unas 50 personas e hiriendo a 53 antes de ser abatido fatalmente por comandos policiales, informó el alcalde de la ciudad el domingo.
El representante Alan Grayson identificó al agresor como Omar Mateen, de 29 años y residente de Port St. Lucie, Florida, con base en lo que le dijeron fuentes policiales. Mateen era de origen afgano.
La Noche Latina que se celebraba en el club Pulse este sábado se convirtió en un infierno a partir de las dos de la madrugada (06.00 GMT), cuando una persona armada con una pistola y un rifle de asalto empezó a disparar sobre los que estaban en este centro de diversión de la comunidad LGTB.
El ataque fue calificado como “un claro acto terrorista”, dijo el gobernador de Florida, Rick Scott.
Que “alguien que se lance ahí dentro y dispare activamente robando esa cantidad (de vidas…) se trata de un claro acto terrorista”, dijo el gobernador republicano en una conferencia de prensa.
A través de un comunicado de prensa, el Gobernador Scott dijo: “Nuestros pensamientos y nuestras oraciones están con las víctimas y con las familias de todos los afectados por esta horrorosa tragedia. Somos un estado fuerte y con capacidad de recuperación y dedicaremos cada recurso disponible para ayudar ante el tiroteo en Orlando”.
El Gobernador Scott está viajando ahora a Orlando para reunirse con funcionarios y autoridades locales. Pronto se dará a conocer su agenda actualizada.
Previamente el alcalde de Orlando, Buddy Dyer expresó en una conferencia de prensa que “hay sangre por doquier”.
“Despejamos el edificio, y es con tristeza que tenemos que anunciar que no son 20 sino 50 muertos además del atacante”, afirmó Dyer sobre la cifra de víctimas, casi el doble de la inicial.
“Hay otras 53 personas hospitalizadas”, agregó.
A eso de las 5 de la mañana las autoridades despacharon un equipo SWAT para rescatar a los rehenes y el agresor murió en una balacera con esos agentes.
Lea el artículo completo en EL NUEVO HERALD
