Tras la victoria del republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos han salido a la luz numerosos incidentes racistas y xenófobos en distintos puntos del país.
Este fin de semana una iglesia hispana cerca de Washington amaneció con pintadas de “Solo Blancos. Nación Trump”, mientras que el viernes, el Día de los Veteranos, varias personas irrumpieron en un desfile en California con banderas de los confederados, el bando que durante la Guerra Civil apoyaba la esclavitud.
Organizaciones musulmanas informaron de un aumento de las amenazas, al tiempo que los afroamericanos en la Universidad de Pensilvania han denunciado insultos racistas.
También ha habido situaciones de acoso en escuelas primarias en las que los compañeros les gritan a los estudiantes hispanos “Construye el muro”, en referencia a la promesa electoral de Trump de reforzar la frontera con México.
Entretanto, la alcaldesa de Virginia Occidental, Beverly Walling, dimitió después de insultos racistas proferidos en Facebook contra la primera dama, Michelle Obama, quien fue nombrada como una mona.
En 2015, en ese país las víctimas de crímenes de odio aumentaron 6% con respecto a 2014, según datos del FBI. Del total de incidentes de crímenes de odio, 59,2% se debió a motivos raciales, la mayoría de ellos contra los afroamericanos; 19,7% fue dirigido por motivos religiosos, la gran mayoría contra judíos y musulmanes; mientras que 17,7% se debió a la orientación sexual.
El presidente electo –por su parte– sigue preparando la presentación de su gabinete.