Marco Coello, un joven activista venezolano que inició el proceso de asilo en Estados Unidos, ya no corre el riesgo de ser deportado. Esta semana, un juez de inmigración de Miami revocó su proceso de deportación.
En abril, los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por su sigla en inglés) arrestaron a Coello, de 22 años, cuando compareció para su entrevista de asilo. En ese momento se inició su proceso de deportación, pero los expertos han declarado que, aunque la detención fue legal, era un procedimiento inusual puesto que Coello tenía fuertes argumentos para ganar el asilo debido a que huyó de su país luego de ser torturado por las fuerzas de seguridad del Estado en 2015.
Coello le solicitó a un juez de inmigración que finalizara el proceso de deportación y el Departamento de Seguridad Nacional — entidad que controla al ICE— no objetó, según una orden emitida el lunes.
“Ellos lo perjudicaron al detenerlo y aquí está la prueba”, dijo su abogada, Elizabeth Blandón. Luego agregó que el joven estaba “sumamente agradecido”. Un portavoz del ICE en Miami no hizo comentarios sobre el caso.
Coello solo tenía 18 años cuando en 2014 participó en una protesta en Caracas. La manifestación se tornó violenta y fue detenido. Oficiales de los servicios de seguridad lo golpearon con un extinguidor de incendios, un palo de golf y lo torturaron con descargas eléctricas. Fue encarcelado por un tiempo y, cuando lo liberaron mientras esperaba por su juicio, huyó a Estados Unidos antes de que pudiera ser condenado.
Human Rights Watch documentó ampliamente su caso en un informe de 2014 y al año siguiente, el Departamento de Estado lo incluyó en su propio reporte sobre derechos humanos en Venezuela. Con tantas pruebas y la enorme posibilidad de ser encarcelado si era deportado a Venezuela, Coello esperaba que su proceso de asilo fuese relativamente sencillo.
Pero desde el inicio del gobierno de Donald Trump en enero, los agentes del ICE han adoptado un enfoque más activo de la aplicación de la ley de inmigración por lo que han detenido a más personas.
Lo más probable es que los problemas de Coello en Estados Unidos empezaron cuando le dio sueño mientras trabajaba como chofer del servicio de transporte privado Lyft y se detuvo a dormir en un estacionamiento. Un oficial de la policía golpeó la ventana del coche, le dijo que era propiedad privada y le levantó una infracción.
Lo culparon de un delito menor de allanamiento de morada y pagó una multa de 100 dólares y 92 más por costos judiciales, según los registros de la corte en Fairfax, Virginia. Un portavoz del ICE dijo que Coello había violado los términos de su estancia en Estados Unidos, lo que causó su arresto cuando se presentó para una entrevista de asilo.
El caso de Coello tuvo una extensa cobertura mediática en Florida y Venezuela. Para muchas personas del sur de la Florida, que tiene una gran comunidad de residentes que huyeron de los gobiernos socialistas de Cuba y Venezuela, el ICE parecía estar excediéndose en sus funciones. Un día después de que el senador republicano por Florida, Marco Rubio intervino en el caso, Coello fue liberado de un centro de detención.
Con la grave crisis de su país, los venezolanos son la nacionalidad que más peticiones de asilo han presentado en Estados Unidos durante el año fiscal, según el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos.