El backstage de un desfile es un univeso por descubrir para el común de los mortales. Despierta tanto interés que no han dejado de surgir falsos mitos acerca de lo que ocurre detrás de una pasarela. Existen algunos rumores como que las modelos de Victoria’s Secret ni comen ni beben los días previos a los desfiles o que no se permiten ningún capricho y viven esclavizadas con su cuerpo, que al fin y al cabo no deja de ser su herramienta de trabajo.
Mujer.es ha charlado con cuatro modelos durante la MBFWM y la VFW para desmontar los mitos que rodean al mundo de las modelos.
1. Ser modelo no es fácil
“Este mundo es muy duro. Yo he tenido que renunciar a muchas cosas para dedicarme a la moda. Lo que más me ha costado ha sido dejar mi isla, Tenerife. Al fin y al cabo, es trabajo y tal y ciomo están las cosas en España no me podía permitir el lujo de decir que no. Tuve que dejar mis estudios de Psicología porque imposible compaginarlo con estas jornadas maratonianas”, cuenta Joana Sanz, que ha desfilado en la MBFWM.
Para Hana Jousselin, que quedó segunda en el certamen Elite Model Look con 15 años y ahora tiene 17, lo más complicado es “tener que poner buena cara cuando estás cansada, sonreír como si estuvieras recién levantada”.
2. Las modelos comen
“Se dice que las modelos que desfilan para Victoria’s Secret no comen ni beben antes de los desfiles, pero yo no me lo creo. Una persona no puede estar sin comer ni beber. Me pierde el chocolate en crema, los bollos rellenos o una crepe con mucha Nutella”, dice Amanda Moreno, de 22 años.
“Hacemos mucho esfuerzo todos los días y acabamos muy cansadas, así que cuando acaba la jornada me permito un chocolatito”, comenta Hana, que es de Biarritz pero desde los cinco años vive en Valencia.
La clave para tener un cuerpo esbelto, según Anni Aliena, elegida mejor modelo en la Valencia Fashion week, es “no pegarse atracones de nada y comer al menos cinco veces al día en pequeñas cantidades”.
3. Pero también se cuidan mucho
“Si no hiciera mucho deporte, no me podría permitir pecar todos los días como lo hago”, confiesa Amanda Moreno.
Durante época de desfiles, Joana Sanz descuida sus rutinas. “Hoy, por ejemplo,, he comido lasaña de carne y una natilla del choccolate, pero cada cuerpo es un mundo. Durante muchos años de mi vida he hecho gimnasia rítmica y el músculo tiene memoria, así que se nota. Aunque he dejado la gimnasia, me he enganchado a las clases de fitness en el gimnasio, que son muy motivantes”.
“Si me paso con algún dulce, que suele ser todos los días, intento comer sano al mediodía con la cena”, comenta Amanda.
Hana Jousselin disfruta practicando deportes al aire libre cuando el tiempo lo permite. “En verano no paro de hacer surf en Biarritz y así aprovecho los pocos rayos de sol que hay. En Valencia, hago pádel”.
4. No son unas esclavas de su cuerpo
“Sé que mi cuerpo es mi herramienta de trabajo, pero no me obsesiono”, revela a Mujer.es Hana.
“No pienso continuamente en lo que como, en el ejercicio que tengo que hacer para quemar calorías. Disfruto cuando como y cuando hago deporte porque me gusta casi todo: desde el yoga al Kick boxing”, dice Joana Sanz
5. Caminar con tacones no es fácil
Hana Jousselin fue una de las cuatro modelos que en el desfile de Eugenio Loarce en la VFW se descalzó y arrancó los aplausos del front row. “Quien no sepa desfilar con tacones de 12 centímetros, que se retire”, decía una tuitera. “Nunca me he caído porque siempre he intentado ir tranquila a pesar de la altura del tacón. Lo mejor es ir despacio, aunque a veces no así consigues caminar con normalidad”, señala la francesa.
“Solo me pongo nerviosa cuando los zapatos son complicados, si son muy altos, me quedan grandes o muy pequeños. En el momento en que te los pones te entra el miedo, pero cuando sales a la pasarela se te olvida todo”, añade Amanda Moreno.
6. Las modelos estudian
Hana Jousselin está a punto de empezar un máster en diseño de interiores. “Mi sueño no es ser modelo, sino diseñadora de interiores, como mis padres, que trabajan para Nina Ricci en París. Voy a aprovechar sus contactos todo lo que pueda”, bromea.
Joana Sanz empezó a estudiar Psicología en Tenerife, pero se vio obligada a dejarla por el trabajo. “En unos años, o el día que me canse, retomaré mis estudios. La universidad siempre está ahí”.
Anni Aliena comenzó en el mundo de la moda tarde, con 20 años. “Yo estudiaba Publicidad y Relaciones Públicas en una universidad privada en la que me pedían asistencia y he tenido que rechazar muchos trabajos por seguir adelante con mi carrera, pero estoy muy orgullosa de lo que he logrado”.
7. No les tiene por qué apasionar la moda
“No soy una friki de la moda. De hecho, he llegado a este mundo por casualidad. Hacía ballet clásico y fueron a una de mis clases a chica para protagonizar una campaña de un teléfono móvil. A raíz de ahí me animaron a dedicarme a esto. Me lo tomo como un trabajo, para ganar dinero”, dice Annie Aliena.
Lo mismo le ocurre a Hana, que trabaja para poder costearse su máster y un día poder comprarse un apartamento. “Soy profesional y me gusta vestir bien, pero no pienso solo en moda. Hay cosas que me interesan mucho más”.