Gurús y revistas de moda han anunciado que el binomio chándal más tacones pisa fuerte y promete una primavera y un verano de alturas deportivas. Quien hizo saltar las alarmas fue Selena Gomez hace 15 días, cuando la actriz y cantante aterrizó en el aeropuerto de Los Ángeles con un conjunto rojo deportivo de 1.500 euros firmado por Vetements y unas sandalias de tacón de aguja de Jimmy Choo. Antes que ella, otras fashion victims como Kylie Minogue, Blake Lively, Gigi Hadid y, sobre todo, Rihanna ya habían lucido esta, hasta ahora, inusual combinación.
La noticia pilló por sorpresa a algunos, pero la realidad es que las pasarelas ya lo habían vaticinado. Siguiendo la senda del pasado año, varios diseñadores han presentado en las últimas semanas de la moda propuestas que navegan en el sporty chic. En la colección primavera verano 2016 prêt-à-porter de Elie Saab —conocido por sus vestidos de alta costura—brillaron los chándales sofisticados. Isabel Marant recuperó el Tactel de los ochenta en su presentación en París el pasado octubre. Y Davidelfin fue más lejos aún y dedicó su desfile de la última edición de Madrid Fashion Week a un deporte: el fútbol. “Me gustaría que se transfiriera ese fervor que existe por el deporte nacional a la moda española”, dijo el diseñador.
Esta vuelta de tuerca al chándal, alejado ya de lo estrictamente deportivo, es la que que ha permitido que pueda combinarse con americanas, lucirlo en eventos o usarlo con tacones. El revival de la prenda pasa por dotarlo de un nuevo patronaje, similar a cualquier otro pantalón de vestir, innovar en tejidos como el satén, punto o cuero y probar nuevos estampados y texturas, como el modelo de Gucci para el próximo verano, con puños de visón y bordados plateados.
La fiebre athleisure
La tendencia ya tiene nombre propio. El término athleisure, que nace de la combinación de athletic (atlético, en español) y leisure (ocio), recoge una nueva forma de entender las prendas deportivas. Esta fiebre por lo sport ha conquistado tanto a algunas celebridades que han prestado su imaginación y su imagen a marcas deportivas para colaborar en sus líneas. Es el caso de Rihanna con Puma, Alexander Wang para H&M, Alicia Keys con Reebok o Beyoncé para Topshop.
Lea el artículo completo en EL PAÍS
.