Podría haber sido de cualquiera. Pero al final resultó ser una auténtica llamada de auxilio de la cantante irlandesa Sinead O’Connor. Un nota de suicidio que apareció ayer publicada en la página de Facebook de su club de fans alertó a toda la comunidad musical. En ella aseguraba que se encontraba en un hotel de Irlanda, que se había registrado bajo otro nombre y que había tomado una sobredosis porque era la única forma de “conseguir el respeto que se merecía”.
O’Connor, que ha perdido la custodia de sus dos hijos ante los respectivos padres de ambos niños, llevaba 24 horas colgando posts en Facebook sobre su disputa con el también cantante Donald Lunny, progenitor del más pequeño, Shane, porque asegura que el niño necesita tratamiento psicológico y Lunny no le deja acercarse a su vástago. Así que decidió teminar la discusión en redes sociales con una apoteósico acto final en el que acusaba a su familia de traicionarla para quitarle a sus pequeños y aseguraba que una mujer no podía soportar tanto.

Varios medios irlandeses y revistas musicales indagaron durante la tarde de ayer sobre su paradero y se encontraron con que su representante confirmaba que la cantante no se encontraba nada bien y estaba en tratamiento. Y también con que la policía de la estación de Pearson Street aseguraba que la habían localizado, que estaba a salvo y que en ese momento ya estaba recibiendo asistencia médica.