La conmovedora carta de agradecimiento de Yordano a sus amigos

El cantautor venezolano escribió una reveladora misiva a todos sus amigos de la red social Facebook para agradecer a quienes le han acompañado durante este difícil trayecto que ha atravesado durante y luego de su enfermedad. Este es su post completo:

Carta a mis Amigos:
El 29 de enero del 2014 mi vida dio un giro brusco e inexplicable. Todo cambió para siempre. Me llené de incertidumbres, dolor y mucha angustia. Pensé en ese momento que en mi lucha estaría acompañado de Yuri, mi mujer, de mis hijas: Adela, Camila, Isabela, Luna, Miranda, de Silvana, mi nieta, y mis amigos más cercanos, los que han sido mi familia de siempre. Pero no fue así.

Me acompañó un país entero al cual se le unieron otras oraciones, otros afectos, a lo largo de toda Latinoamérica y de otros países del mundo donde mi música había llegado. No estaba solo… los tenía a todos ustedes y a todos ellos, unidos por la misma historia de una canción con el mismo sentimiento que nos provoca la música, esa que deja de ser mía cuando se convierte en el soundtrack de la vida de otros.

Cuando nos despedimos en Chacao, en octubre de 2014, con un espectáculo que paradójicamente se llamaba “Cuando Giordano comenzó a ser Yordano”, en realidad era eso lo que pasaba en mi vida pero al revés; Yordano comenzaba a ser de nuevo Giordano: “Di Marzo, Giordano, el Paciente 35445317”, dejaba atrás a Yordano.

Esas cinco noches en Chacao las disfruté, las lloré y nunca las olvidaría, porque no sabía si esa era la última vez. Yo tenía una sentencia, una estadística que me daba una fecha de expiración. Entonces no había otra cosa que hacer y era ¡Cantar junto a mi banda y gozar!

Pero la energía de Dios y la de ustedes me tenía reservado otro final. Y es esta noche cuando regreso, con Yordano una vez más, a cantar en mi Alma Máter como lo hiciera muchos años atrás, cuando estudiaba arquitectura en estos pasillos de mi amada UCV.

Una vez más es mi tributo a la Luna, la noche y las estrellas, los tres elementos que son recurrentes en mis canciones. Una vez más me da la oportunidad de dar las gracias, hacerle reverencia a la vida y celebrar esta nueva ocasión, a recordar con amor a aquellos que perdieron la batalla, a enviar energías positivas a los que están luchando y fortaleza para los que emprenden el duro camino.

Deseo agradecer especialmente a mis amigos de siempre, José, Carlos, Roberto, Freddy, Nelson y Charlie y junto a ellos a sus familias, que son también la mía. A los nuevos amigos, a los anónimos esos que se convirtieron en mis ángeles custodios mientras estuve en el hospital; sin ellos esto no hubiese sido posible. A mi donante anónimo – mi palabra favorita: “donante”-, ese que me salvó la vida y que hoy camina por cualquier calle del mundo sin saberlo y que por él esta noche celebraremos la vida.

Quiero agradecer también a mis médicos aquí en Venezuela, los doctores Erika Montero, Eugenio Cavallini, Salvador Rivas, Ramón Pérez-Brett, Rómulo Lander y Marco Di Stefano, a mi fisioterapeuta Dominga Ávila, a todo el personal del Centro Médico Docente La Trinidad, desde el parquero que me recibía el carro hasta las manos amorosas de una mujer que me arropaba con una manta, por el frío intenso que había en las salas del banco de sangre. Gracias a las unidades de Oncología de la Universidad Central de Venezuela y del Hospital Domingo Luciani, por la ayuda que me dieron en los peores momentos de mi enfermedad.

Gracias, con todo el sentido de la palabra, al Dr. Sergio Giralt, oncólogo “venezolano”, por darme confianza y decirme: “La lucha no es contra el cáncer la lucha es por tu vida”, y cuando digo venezolano lo hago con énfasis porque eso me llena de orgullo. Gracias también a su esposa, la Dra. Gabriela Rondón, ambos egresados de la Universidad Central de Venezuela y digo: “U, U, UCV” con emoción, fuimos parte de su familia y nos apoyaron desde el día cero hasta hoy.

A mis enfermeras del Memorial Sloan Kettering Cancer Center por el amor y la paciencia y a todos los médicos que trabajaron en mi caso, con especial afecto A Dina, Abigail y Xiomara Da Rocha. ¡Eternas gracias!

Agradezco eternamente a mis donantes de sangre, a los anónimos… otra vez los anónimos, y a los que estaban allí siempre, Gilbert Báez, Daniel Zaragoza, Duhanny Padrón, Isaac Bencid, Rubén Bastidas, Camila Di Marzo, Isabella Di Marzo, por compartir sus plaquetas conmigo los últimos meses del 2014.

Gracias…
A Senos Ayuda, a Bolivia Bocaranda, a su hija Cristina por arropar a Yuri y cuidarla siempre.
A César Miguel Rondón y Flor Alicia Anzola por mostrarnos la luz al final del camino.
A Ibeyise Pacheco por ser el Ángel de mi guarda.
A Luis Chataing y a Ximena Otero por ser familia.

A Mimí Lazo por recordarme que la amistad es hija del amor.
A Zapata, Weil y Edo por dejar plasmado en papel la solidaridad.
A Gustavo Pierral por su amistad y su fe y por llevarme hasta el padre Pedro.
A Nacho por darme un regalo de Cumpleaños que jamás olvidaría: una nueva “Por estas calles”
A Georgina, mi suegra, quien cuidó de mi casa con devoción y amor.

A la casa a puertas abiertas de Carlota Sosa y Rafael Romero por convertirla en un punto de encuentro con los amigos y que nos olvidáramos de la enfermedad por un momento.

Agradezco infinitamente a mis amigos, mis hermanos de la música, por estar presente desde el comienzo hasta hoy, fueron muchos fueron los músicos, actores, actrices, caricaturistas, cantantes, técnicos, ingenieros de sonido, productores y managers que me apoyaron.

A las empresas que nos proveen de sonido e iluminación, a los patrocinantes, al Circuito Unión Radio, al Diario El Nacional, a los amigos periodistas y locutores, a los teatros que en las diferentes ciudades como Caracas, Orlando, Miami y Colombia abrieron sus puertas para realizar todos los tributos que se organizaron para ayudarme con mi tratamiento, a José Luis Ventura, Adriana Ferro, Boris Bossio, Malvis Molina, Yuri Bastidas, a Johanna Caicedo de Fundación Prometo en Colombia, a Jaime Pérez Branger, Mike De La Campa, Marisela De La Campa, Carlos Vives y Claudia Helena Vásquez, gracias por trabajar con pasión en todas esas Noches de Luna.

Gracias, Eddie Pérez, por no apagar tu guitarra y dirigir la Banda como si estuviéramos juntos.

Una experiencia como esta te deja lleno de muchas cosas nuevas, de aprendizajes que aún no asimilo porque son altamente abrumadores. Desde ese 22 de noviembre, cuando llegamos Yuri y yo a NYC, esa energía que es Dios y sus designios nos tenía otra legión de ángeles esperándonos. Allí encontramos a nuevos amigos, encontramos una familia variopinta de gringos, ecuatorianos, colombianos, brasileños, chilenos, argentinos, catalanes, dominicanos y más venezolanos, ellos nos cuidaron y hoy son nuestra familia de Nueva York. Gracias eternas a ellos también. Gracias a Gerardo Guarache Ocque por insistir en el libro a través de Skype y por esas largas conversaciones; a mi nuevo mejor Amigo Cheo, Dj Afro y José Luis Pardo por llevarme de nuevo a la música; a Tomás por enseñarme que la valentía no tiene edad; a mi casa Disquera SONY LATIN y a Alejandro Reglero por apostar.

Gracias al señor que se me acercó en un estacionamiento y me dijo: “¡Qué bueno que estés vivo!, toda mi familia rezó por ti”.

A ustedes por estar aquí.

Gracias al invierno, a la nieve…. A la Blanca Mujer que impregnó mi habitación con olor a rosas.

Gracias a la noche que hoy se vuelve canción… UNA VEZ MÁS.

No puedo finalizar sin decir que el amor de una mujer me trajo de regreso. Hubo una mujer que estuvo a mi lado las 24 horas del día, vigilante, sonriente, amorosa, con mirada de esperanza, hecha de madera fina, segura de que saldríamos adelante. Gracias por tu fe, por todas tus lágrimas, por todas tus oraciones, por tu mano agarrando la mía, Yuri, una vez más… esta va por ti.

Yordano