El talento de Ilan Chester sigue intacto en todas sus aristas y así lo demuestran sus eventos a casa llena en cada ciudad donde se presenta. En esta nueva ocasión, el Aventura Arts & Cultural Center de la ciudad de Miami se prepara para recibirlo el próximo 21 de agosto para un par de funciones de su unipersonal “El Musiú”, donde el músico de Venezuela recorre su vida entera a manera de cuentos y canciones.
En esta oportunidad, los asistentes, además del show, recibirán un CD de obsequio y tendrán un pequeño encuentro al final de la presentación con el artista.
Para los que aún no han oído hablar del espectáculo, reproducimos la reseña que hizo el periodista Alfredo Sánchez antes de su estreno en Caracas.
“Un Musiú en tiempos de revolución”
Anoche tuve el privilegio de ver, junto a Emilio Lovera, Amílcar Rivero y unos pocos amigos, el espectáculo de Ilan Chester “El Musiú”. El show tuvo lugar en la intimidad de una sala preparada para la ocasión en un reconocido hotel capitalino. Los 30 años de amistad que me unen al gran músico “de Venezuela” (paradójica denominación para quien ostenta un genograma familiar tan heterodoxo), me permitieron colarme entre invitados tan especiales.
La presentación del espectáculo fue en sí misma lo que los ejecutivos de televisión llamamos un “quality focus group”, es decir, un convite o ventetú de gente profesional o calificada para testear virtudes y defectos de un producto antes de estrenarlo.
Lo primero que tengo que decir es que lo que van a presenciar en este show es algo que nunca antes Ilan ha hecho en su carrera.
Y no es que ahora lo van a ver quitándose la ropa, aunque a decir de Emilio Lovera, el espectáculo es un auténtico “desnudo”, donde las habilidades innatas del artista para el humorismo y la comedia, quedan al descubierto totalmente por primera vez, aunadas por supuesto a su gran capacidad para la improvisación. Sus dotes para el humor toman al fin rienda suelta para ir a la par de su genio musical presentando temas que han sido parte esencial de la banda sonora de nuestras vidas y, aún más, la de nuestros padres.
Ilan se pasea con igual comodidad y soltura por sus propias canciones como por las de un delicado y romántico Ives Montand, por el melodioso Nat King Cole y por una de sus más inconfundibles influencias: el formidable Stevie Wonder y, por así decirlo, por una gama de colores, tonos y tesituras musicales que dan una idea perfecta de lo que es nuestro sentir colectivo. Al final del espectáculo es como si un hermoso arco iris se hubiera posado sobre nuestra risa, que es el elemento que va hilvanando la belleza del arte con la máxima celebración de la vida y sus matices.
Tan variado es el viaje en lo musical como en lo anecdótico. Ilan pasa de su pueblo nativo de Jaffa, enclavado en el centro de Tel Aviv, en Israel, a la Londres cosmopolita, a la India misteriosa, tanto sagrada como prosaica, y por supuesto también por Caracas, donde en la otrora idílica vecindad de San Bernardino transcurrieron sus días de infancia y adolescencia. Es poco lo que les puedo adelantar del espectáculo. Solo les quiero advertir que se van a reír a sus anchas y se van a conmover con muchos de sus cuentos. “El Musiú” es un espectáculo para disfrutar de esa venezolanidad que sentimos que hemos ido perdiendo. También es una ocasión más para admirar a uno de los más grandes talentos que hemos tenido en esta tierra de gracia. Este será un Ilan Chester desconocido para la mayoría. Pero, aparte de divertirlos mucho, y de ser una estupenda velada para cualquier “adulto contemporáneo”, “El Musiú” contiene una importante reflexión acerca del alma de los seres humanos que, con independencia de donde hayamos nacido, es una sola y misma cosa, siendo como somos todos auténticos hijos de Dios. No se pierdan a este musiú. Vengan pa’ que lo vean, como decía el original, el gran Musiú Lacavalerie.
Alfredo Sánchez
@NecoSadel