Este año ha sido difícil. Todo se ha conjugado para que las ventas en el sector licorero hayan caído entre 60% y 70%. Ha sido un cóctel perfecto de crisis cuyos principales ingredientes han sido los índices inflacionarios que incrementan estructuras de costos y la paralización de las plantas de Cervecería Polar desde el 29 de abril, que representan 80% el mercado nacional del rubro.

Franklin González, presidente de la Federación Venezolana de Licores (Fevelicor), alertó que como consecuencia de la importación de materia prima a través del sistema Dicom, que maneja una tasa flotante, Cervecería Regional, la única activa en el país, aumenta sus precios al ritmo que sube el valor de las divisas.

“El sector está pasando por una situación bastante crítica, pero estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo por mantener las puertas abiertas”. La peor pérdida ha sido la de puestos de empleos, “estamos luchando porque esto no siga sucediendo”, reveló González.

Las importaciones de licores están excluida de los planes el sector. No hay recursos para eso. Así que solo ofrecen a los consumidores mercancía nacional como rones.

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