Panaderías del municipio Libertador ya están al servicio de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, como lo ordenó el superintendente nacional para la defensa de los derechos socioeconómicos, William Contreras, al inicio de semana.
EL NACIONAL
Mansion’s Bakery, ocupada el viernes 17 de marzo, dejó de despachar pan salado para el público. Ahora destina 100% de su producción para el CLAP de la parroquia Altagracia. El local, que ahora se llama Minka por decisión del gobierno, tiene un letrero en la entrada que informa a los consumidores que la medida tomada es una orden del Estado Mayor de Caracas.
Cuando los vecinos preguntan por la fecha en la que habrá pan para la comunidad reciben como respuesta que cada ciudadano debe contactar al jefe de su comité de abastecimiento, que será el encargado de repartir la producción del establecimiento.
“¿La expropiaron para qué? ¿Para nada? No tienen ni canilla, ni campesino, ni francés.
No tienen nada”, dijo molesto un vecino. La única opción para el consumidor común es el pan de auyama que, según un empleado, es lo que están ofreciendo en las mañanas.
La panadería, no obstante, permanece sin afluencia de clientes. Las pocas personas que están en el sitio son los encargados de recibir las bolsas llenas de panes, las cuales serán trasladadas a los comités de abastecimiento en vehículos particulares.
La panadería Inversiones Rol 2025, que está al frente del Liceo Fermín Toro, cumple un papel mixto: atiende a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, y al público. En la mañana un representante vecinal de cada uno de los edificios de la zona, y afiliado al CLAP, entrega una lista de necesidades a la panadería, que deberá darle prioridad a estos pedidos antes de atender la demanda de los demás vecinos.
El objetivo de eliminar las filas alrededor de las panaderías no se ha cumplido. “Se le dice a la gente que no haga cola, pero igual la hacen. Hay suficiente materia prima para la producción, pero los procesos para producir pan toman su tiempo. Cada media hora sale un nuevo lote”, afirmó una de las voceras del consejo comunal Cuna del Libertador.
La panadería El Guanábano es otro negocio en el que los usuarios se aglomeran para adquirir el pan. La producción suele pararse durante el día y genera colas. Además, hay horas en las que solo se ofrece al público pan francés, que será vendido en una única bolsa de 5 unidades para cada cliente, a un precio de 630 bolívares. “Habrá que hacer la fila otra vez. ¿Qué vamos a hacer? Con esto no resolvemos nada”, aseguró una señora luego de comprar.
“Nosotros producimos 19 sacos diarios, que es lo máximo que puede producir la panadería trabajando a su total potencia. Eso no impide que se formen colas. Somos una de las pocas panaderías que están funcionando en la avenida”, dijo uno de los encargados.
El representante de El Guanábano afirmó que hasta ahora ningún comité de abastecimiento se ha acercado al lugar: “Mientras estemos dentro de la ley no creo que estemos bajo ninguna amenaza”.
Sobre si los nuevos precios de los panes están generando pérdidas, el empleado no quiso responder.
De reincidir en el supuesto condicionamiento de las ventas, distribución y préstamos de servicios, las panaderías “ocupadas temporalmente” podrían ser expropiadas, según William Contreras.
El funcionario destacó que los mencionados delitos están tipificados en la Ley Orgánica de Precios Justos y señala penas de entre tres y seis años de cárcel.