El incremento de 30% del salario mínimo acordado por el gobierno generó escepticismo entre empresarios y analistas que temen que la medida pueda intensificar las presiones sobre la inflación y agudizar la escasez de bienes básicos, dos de los principales problemas económicos que enfrenta Venezuela. Maduro aprobó la víspera un aumento del salario mínimo que llevará a partir del primero de mayo los ingresos mensuales de buena parte de los venezolanos de unos 519 dólares a 674 dólares. Maduro dijo durante un acto en el palacio de gobierno que el Ejecutivo se mantendrá desplegado para defender los ingresos de los venezolanos ante “los procesos especulativos”. Algunos analistas estiman que el incremento salarial permitirá mejorar en mayo el poder de compra de una porción importante de la población, pero consideran que el impacto será temporal porque se diluirá en medio de una galopante inflación que alcanzó en marzo una tasa anualizada de 59%. “Este aumento es inflacionario, al igual como lo fue el del 2013. Esto va a conllevar una aceleración de la inflación”, afirmó Heckel García, director de la firma local de análisis financiero Econométrica.
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